domingo, 26 de julio de 2015

El paso de Venus por Monterrey 1882. (Primera Parte)

La relación de viaje de Albert Lancaster Inspector del Observatorio Real de Brucelas.


Albert Lancaster
Hace algunos años, buscando imágenes antiguas de Monterrey me encontré en Google un libro muy interesante de título: I Le Nord du Mexique II De la Nouvélle Orléans a la Havane. [1]. En ese momento sólo me limité a copiar un par de imágenes relacionadas con Monterrey para incluirlas en Wikipedia y otros sitios Web. Traduje del texto ciertos párrafos que me llamaron la atención acerca de Ciudad y algunas impresiones del autor sobre su experiencia regiomontana. Pero siempre pensé que este texto necesitaba ser analizado con más seriedad y aprovechar su contenido, que efectivamente aporta datos al conocimiento de la situación de la ciudad en la década de 1880. En esta ocasión me atreví a traducir libremente la primera parte de este libro tan interesante. Aunque creo que la traducción final no resultó tan mal, debo reconocer que al traducir siempre, de alguna manera, se traiciona.

El autor del libro es el científico belga Albert Lancaster Meteorólogo Inspector del Observatorio Real de Brucelas y miembro del Comité Central y la Biblioteca de la Sociedad Real Belga de Geografía. Según sus propias palabras, en diciembre de 1882 él se encontraba "en San Antonio  de Bexar, Texas y formaba parte de la misión belga enviada a los Estados Unidos para observar el paso de Venus sobre el Sol". El trabajo de observación de ese fenómeno astronómico debió realizarse en el mismo San Antonio. El 6 de diciembre de aquel año faltando tres minutos para las 8 de la mañana, hora de Texas y del Noreste Mexicano, comenzó el tránsito visible de Venus entre la tierra y el Sol. Un punto negro se desplazó lentamente contrastando con la circunferencia solar a lo largo de 7 horas y 18 minutos. 




La primera parte del libro "Le Nord du Mexique..." sin embargo, habla de otra trayectoria, no la de Venus de un extremo al otro del sol, sino la del Sr. Lancaster desde San Antonio. Texas, hasta Monterrey. El relato, sin duda es muy interesante y difiere de otros de su época por varios motivos.

1.        El narrador es un científico, no un militar ni un comerciante. A Lancaster le interesan las montañas, teoriza sobre su formación geológica. Observa la vegetación y se asombra de la limpieza del aire “de una pureza tal – escribe – que   las cimas de las montañas ubicadas a más de 25 leguas de distancia me parecían estar a unos cuantos kilómetros solamente”. Afirma que al clima en extremo seco, se atribuye la aridez del suelo y contribuye a la ausencia de enfermedades de las vías respiratorias en la población

2.     A diferencia de otros relatos de viajeros del siglo XIX, el autor es europeo, no americano. Las construcciones regiomontanas no despiertan ese interés tan especial como en el caso de visitantes norteamericanos en particular a veteranos de guerra. Para Lancaster, acostumbrado a la Monumental arquitectura europea, los edificios de la ciudad carecen de mérito. No repara en el estilo arquitectónico barroco o autóctono del Obispado. Para él es sólo un cuartel en el que “La mayoría de los hombres están en el patio interior, sentados en el suelo a lo largo de los muros, casi todos tienen una compañera al lado…. – Anota – Tienen   una apariencia pobre, creemos que el bienestar es completamente desconocido. ¡Qué contraste con nuestros cuarteles-modelo, en los que las instalaciones están limpias, bien cuidadas. Donde los hombres van bien vestidos y no tienen ese aspecto demacrado, miserable, que tienen los artilleros de Monterrey”.  Para Lancaster la Catedral no ofrece nada de notable aunque merece una visita. No hace ni una sola mención del Convento franciscano de San Andrés.

3.     En el relato hay una cierta crítica a las instituciones gubernamentales, al sistema de correos y especialmente a la policía y al ejército del que destaca su desaliño. Asegura: “Nunca  había conocido tropas regulares tan miserablemente vestidas, de aspecto tan negligente y de talante tan poco marcial”.

4.     Para Lancaster, Monterrey es una ciudad silenciosa despertando de su letargo y centenario aislamiento. A su llegada a la ciudad el autor escribe: “Me parecía penetrar en una ciudad muerta o en un gran beguinaje. Tenía aún los oídos llenos del ruido y la algarabía de San Antonio, al que habíamos dejado hacía menos de 24 horas. Aquí todo era silencioso: no había un grito, ni el menor ruido de un carruaje. Por allí había un hombre o una mujer, descalzo, pasando como una sombra, a lo largo de las casas, rápidamente, disimulándose lo más posible”  Sin embargo, el ferrocarril estaba alterando esa paz ancestral. La reciente inmigración de norteamericanos, con la ayuda del tren, inyectaba nuevas formas de comercio. La hospitalidad mexicana competía ahora con hoteles americanos.

5.     En su relato, Lancaster, menciona anécdotas triviales, pero a la vez, llenas de interesantes detalles así como personajes peculiares: un bolero tejano residente en Monterrey, un gendarme cojo, una pareja de novios de visita en la casa de empeño, jugadores de lotería, etc.

En la próxima entrada del Blog compartiré el relato textual de Lancaster y su experiencia en la Ciudad de Monterrey, con un enlace al texto completo en español en formato PDF.
_________________________________________________

1. LANCASTER, A I LeNord du Mexique II de la Nouvelle orléans a la Havane par A. Lancaster Météorologiste-inspecteur a L´observatoire Royal de Bruxelles, Membre du Comité Central et Bibliothécaire de la Société royale Belge de Heographié, Mons Hector Mancepux, Éditeur 1889 

**********

    Como un dato ulterior al evento astronómico del Paso de Venus y su influencia en Monterrey, no está de sobra incluir esta interesante imagen. El Fotógrafo es Winfield Scott y capta una escena urbana de principios del Siglo XX. Un grupo de personas posa para la cámara del artista en el cruce de la Calle del Roble (hoy Juárez) y 15 de Mayo. En la esquina sur-poniente hay un negocio cuyo dueño ha decidido nombrerlo EL PASO DE VENUS. Que duda cabe que el acontecimiento influyó de alguna forma en la mentalidad regiomontana como lo hace hoy día la publicidad mundial. 



4 comentarios:

Ramiro Tellez dijo...

Muchas gracias por compartir tan interesante historia de nuestro pueblo....Monterrey la Ciudad de la Montañas, saludos amigo

Jorge Elías dijo...

gracias por el comentario Ramiro Tellez, a la orden. Un Saludo.

C.P:C dijo...

Saludos!! Mucho gusto leerte.

Jorge Elías dijo...

Muchas gracias C.P. A la orden. Un saludo.

Entradas populares