La relación de viaje de Albert Lancaster Inspector del Observatorio Real de Brucelas.
Albert Lancaster |
Hace algunos años, buscando
imágenes antiguas de Monterrey me encontré en Google un libro muy interesante
de título: I Le Nord du
Mexique II De la Nouvélle Orléans a la Havane. [1]. En ese momento sólo me limité a copiar un par de
imágenes relacionadas con Monterrey para incluirlas en Wikipedia y otros sitios Web. Traduje del texto ciertos párrafos que me llamaron la atención acerca de Ciudad y algunas impresiones del autor sobre su experiencia regiomontana. Pero siempre
pensé que este texto necesitaba ser analizado con más seriedad y aprovechar su
contenido, que efectivamente aporta datos al conocimiento de la situación de la ciudad en la década de 1880. En esta ocasión me atreví a traducir libremente la primera parte de este libro tan interesante. Aunque creo que la traducción final no resultó tan mal, debo reconocer que al traducir siempre, de alguna manera, se traiciona.
El autor del libro es el científico
belga Albert Lancaster Meteorólogo
Inspector del Observatorio Real de Brucelas y miembro del Comité Central y la
Biblioteca de la Sociedad Real Belga de Geografía. Según sus propias palabras,
en diciembre de 1882 él se encontraba "en San Antonio de
Bexar, Texas y formaba parte de la misión belga enviada a los Estados Unidos
para observar el paso de Venus sobre el Sol". El trabajo de
observación de ese fenómeno astronómico debió realizarse en el mismo San
Antonio. El 6 de diciembre de aquel año faltando tres minutos para las 8 de la
mañana, hora de Texas y del Noreste Mexicano, comenzó el tránsito visible de
Venus entre la tierra y el Sol. Un punto negro se desplazó lentamente
contrastando con la circunferencia solar a lo largo de 7 horas y 18
minutos.
La primera parte del libro "Le Nord du
Mexique..." sin embargo, habla de otra trayectoria, no la de Venus de un
extremo al otro del sol, sino la del Sr. Lancaster desde San Antonio. Texas, hasta Monterrey. El relato, sin duda es muy interesante y difiere de otros de su época por varios motivos.
1.
El narrador es un científico, no un
militar ni un comerciante. A Lancaster le interesan las montañas, teoriza sobre
su formación geológica. Observa la vegetación y se asombra de la limpieza del
aire “de una pureza tal – escribe – que
las cimas de las montañas
ubicadas a más de 25 leguas de distancia me parecían estar a unos cuantos
kilómetros solamente”. Afirma que al clima en extremo seco, se atribuye la
aridez del suelo y contribuye a la ausencia de enfermedades de las vías
respiratorias en la población
2.
A diferencia de otros relatos de viajeros del
siglo XIX, el autor es europeo, no americano. Las construcciones regiomontanas
no despiertan ese interés tan especial como en el caso de visitantes
norteamericanos en particular a veteranos de guerra. Para Lancaster, acostumbrado
a la Monumental arquitectura europea, los edificios de la ciudad carecen de mérito.
No repara en el estilo arquitectónico barroco o autóctono del Obispado. Para él
es sólo un cuartel en el que “La mayoría de los hombres están en el patio interior, sentados en el
suelo a lo largo de los muros, casi todos tienen una compañera al lado…. – Anota – Tienen una apariencia pobre, creemos que el
bienestar es completamente desconocido. ¡Qué contraste con nuestros
cuarteles-modelo, en los que las instalaciones están limpias, bien cuidadas.
Donde los hombres van bien vestidos y no tienen ese aspecto demacrado,
miserable, que tienen los artilleros de Monterrey”. Para Lancaster la Catedral no ofrece nada de notable
aunque merece una visita. No hace ni una sola mención del Convento franciscano
de San Andrés.
3. En el
relato hay una cierta crítica a las instituciones gubernamentales, al sistema
de correos y especialmente a la policía y al ejército del que destaca su
desaliño. Asegura: “Nunca había conocido tropas regulares tan
miserablemente vestidas, de aspecto tan negligente y de talante tan poco
marcial”.
4. Para Lancaster, Monterrey es una ciudad silenciosa despertando de su
letargo y centenario aislamiento. A su llegada a la ciudad el autor escribe: “Me parecía penetrar en una ciudad muerta o
en un gran beguinaje. Tenía aún los oídos llenos del ruido y la algarabía de
San Antonio, al que habíamos dejado hacía menos de 24 horas. Aquí todo era
silencioso: no había un grito, ni el menor ruido de un carruaje. Por allí había
un hombre o una mujer, descalzo, pasando como una sombra, a lo largo de las
casas, rápidamente, disimulándose lo más posible” Sin embargo, el ferrocarril estaba alterando
esa paz ancestral. La reciente inmigración de norteamericanos, con la ayuda del
tren, inyectaba nuevas formas de comercio. La hospitalidad mexicana competía
ahora con hoteles americanos.
5. En su relato, Lancaster, menciona anécdotas triviales, pero a la vez,
llenas de interesantes detalles así como personajes peculiares: un bolero
tejano residente en Monterrey, un gendarme cojo, una pareja de novios de visita
en la casa de empeño, jugadores de lotería, etc.
En la próxima entrada del Blog compartiré el relato textual de Lancaster y su experiencia en la Ciudad de Monterrey, con un enlace al texto completo en español en formato PDF.
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1. LANCASTER, A I LeNord du Mexique II de la Nouvelle orléans a la Havane par A. Lancaster
Météorologiste-inspecteur a L´observatoire Royal de Bruxelles, Membre du Comité
Central et Bibliothécaire de la Société royale Belge de Heographié, Mons Hector
Mancepux, Éditeur 1889
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Como un dato ulterior al evento astronómico del Paso de Venus y su influencia en Monterrey, no está de sobra incluir esta interesante imagen. El Fotógrafo es Winfield Scott y capta una escena urbana de principios del Siglo XX. Un grupo de personas posa para la cámara del artista en el cruce de la Calle del Roble (hoy Juárez) y 15 de Mayo. En la esquina sur-poniente hay un negocio cuyo dueño ha decidido nombrerlo EL PASO DE VENUS. Que duda cabe que el acontecimiento influyó de alguna forma en la mentalidad regiomontana como lo hace hoy día la publicidad mundial.
4 comentarios:
Muchas gracias por compartir tan interesante historia de nuestro pueblo....Monterrey la Ciudad de la Montañas, saludos amigo
gracias por el comentario Ramiro Tellez, a la orden. Un Saludo.
Saludos!! Mucho gusto leerte.
Muchas gracias C.P. A la orden. Un saludo.
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