viernes, 25 de enero de 2013

Un Poco Más...

jueves, 17 de enero de 2013

Los Rurales de México 7/7

V.                   Defensas Rurales 

Después de la disolución de los cuerpos de Policía Rural, algunos Estados organizaron las llamadas Defensas Rurales. El Lic. Emilio Portes Gil siendo presidente de la república publicó el 1º de enero de 1929 el “Reglamento de Organización y funcionamiento de las Defensas Rurales”. Se trataba de que los agraristas organizados, formaran las defensas rurales, con el fin de proteger su tierra recientemente repartida y hacer frente a la policía privada de particulares y latifundistas (llamada guardia blanca), defendiendo los ideales revolucionarios.  Al menos esa era la teoría. El reclutamiento sería local y los regimientos se hallarían subordinados a las autoridades militares.

De un documento[1] de la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA)[2] tomo los siguientes datos:

El 5 de octubre de 1936 la Secretaría de Guerra organizó las defensas rurales en batallones o regimientos de infantería y caballería en forma similar a las tropas del ejército. Los integrantes de las defensas debían ser ejidatarios en posesión de su parcela e inidentificado con los principios revolucionarios. Se les denominó Reservistas.

El 26 de agosto de 1942, dejaron de ser reservistas para ser denominados Defensas Rurales Regionales.

El 1 de Julio de 1954 el Lic. Adolfo Ruiz Cortines, crea el Departamento de Defensas Rurales para dirigir y administrar los Cuerpos de Defensa Rural.

El 1 de Junio de 1974 cesa el Departamento de Defensa Rural para convertirse en la Dirección General de Defensas Rurales.

En el año 2006 existían 26 cuerpos de defensas rurales (13 de infantería y 13 de caballería). De Infantería: En Coahuila (Saltillo), Quintana Roo (Chetumal), Estado de México (Toluca), Sonora (Hermosillo), Tlaxcala (Panotla), Chiapas (Tapachula, Chicosén), Puebla (Puebla), Aguascalientes (Rincón de Ramos), Veracruz (Orizaba), Colima (Tecoman), Oaxaca (Ixcotel), Morelos (Cuernavaca); De Caballería: Chihuahua (Cd. Madera y Cd. Delicias), Nuevo León (Escobedo), Tamaulipas (Cd. Reynosa), Durango (2 cuerpos en Cinco de Mayo), Zacatecas (Jerez de García Salinas), San Luis Potosí (San Luis Potosí), Jalisco (Ocotlán), Guanajuato (Sarabia), Hidalgo (Pachuca), Michoacán (Zacapu y Apatzingán).

El vigente Instructivo para la Organización, Funcionamiento y Empleo de los Cuerpos de Defensa Rurales puede leerse en la página de la SEDENA[3] y consta de 7 Títulos divididos en capítulos y artículos en los que se detalla su objetivo, misión, funcionamiento, procedimientos, requisitos, etc.


"Mexico" por Daniel Cortés via Flickr


martes, 8 de enero de 2013

Los Rurales de México 6/7


IV.             En la Revolución Mexicana

Los rurales formaban la primera reserva del ejército. En caso de guerra se echaría mano de ellos y, de hecho, se les mandaba a apaciguar cualquier revuelta o agitación social. El reglamento lo estipulaba: cuando sirvan en el ejército, servirán en la “persecución de guerrillas poco numerosas”. Las fuerzas revolucionarias comenzarían siendo eso: pequeñas guerrillas armadas. Al estallar la revolución en 1910, los rurales pelearon al lado del ejército federal en la supresión de las guerrillas surgidas primero en Chihuahua, Durango, San Luis Potosí y Veracruz y luego, poco a poco, en toda la república. Llegó la hora en que el Dictador debió torcer el brazo y salir del país hacia el exilio, para ceder el puesto a un exiliado: Don Francisco I. Madero. Parece que la historia se empeña en repetirse una y otra vez en todos los rincones del planeta. Y el texto bíblico comprueba una vez más ser verídico: “hay un tiempo para reír  y otro para llorar” en un ancestral y nietzscheano eterno retorno.

Un Guardia Rural por Robert Runyon 1910-1920 

La Revolución no es, sin embargo, solo un acontecimiento del pasado, sino el lugar donde converge nuestra identidad presente, un hecho violento en el que participaron nuestros abuelos. El mío, por ejemplo, cuando se casó con mi abuela, en 1919, debió pedir una dispensa por haberse encontrado “durante ocho años al servicio de las armas sin residencia fija” en diferentes partes del país. Quiere decir, para alimentar mi orgullo, que casi desde el comienzo de la Revolución, desde 1911, mi abuelo se encontraría peleando una Revolución gestora de un México más justo (al menos esos eran los ideales). La Revolución profundizó la marca de la mexicanidad cuyos paradigmas fueron la Adelita y el Charro mexicano plasmados en las fotografías de la época que ayudaron a la difusión del “prototipo del mexicano” también en el extranjero.
   

Rurales con Bandera por John C. Hemment 
(fragmento)
Por su parte ese prototipo personificado en la policía rural, que había ganado prestigio y estima popular por su habilidad ecuestre y su conocimiento del terreno, reflejaba quizá el ideal de libertad hecho hombre y caballo al mismo tiempo. ¿Sería esto lo que llevaría a Madero a integrarlos y multiplicarlos en su ejército? Lo que sí es un hecho, es que lo condujeron a su propio fracaso y a la disolución de los Rurales como institución federal. Vanderwood afirma: “Cuando Francisco Madero asumió la presidencia de la Republica no licenció a los Rurales de Díaz, sino que los conservó como fundamento de una fuerza policíaca rural más amplia. El resultado fue una organización casi cuatro veces mayor que el grupo de Díaz – y un grupo así de debilitado por la participación de individuos sin principios, dominados por la ambición personal, demostró ser casi incontrolable. De hecho, los Rurales de Madero contribuyeron mucho al desorden interno que eventualmente condujo a la caída de su gobierno”[1].   Más aún, Francisco Cárdenas, miembro del 5º cuerpo de rurales fue el autor material del asesinato de Madero en febrero de 1913.

Victoriano Huerta sucesor golpista de Madero intentó inútilmente la reorganización de las fuerzas rurales. Éstas fueron desmanteladas junto con todo el ejército en julio de 1914 por  un nuevo presidente: Don Venustiano Carranza, quien, después de un tiempo, incorporó a muchos oficiales de la fuerza rural a su ejército, otros rurales se integraron a los ejércitos de Zapata y Villa.



[1] VANDERWOOD Paul J. Los Rurales op cit p. 48

miércoles, 2 de enero de 2013

Los Rurales de México 5/7


3.   ¡Vivan los Rurales!

A pesar de los defectos de esta institución y los casos de corrupción e impunidad en los que pudieron verse envueltos, la gente quería a los rurales. O quizá más que quererlos sentía hacia ellos una mezcla de admiración y temor. Sería famosa en aquel tiempo la frase “allí vienen los rurales” con la cual, dicen algunos autores, los delincuentes ponían “pies en polvorosa”. Emerson se pregunta ¿Causaría asombro que el solo nombre de los rurales sea suficiente para causar terror en los corazones de algunas personas de pies ágiles a lo largo del Río Grande?[1] refiriéndose muy probablemente a los ágiles pies de los grupos étnicos del norte de México.   

 Otra frase famosa según el mismo autor era: “besar y cabalgar como un rural” expresando el estilo de vida de los Rurales y dos elementos esenciales a su existencia. Él mismo afirma “De verdad, un rural en su atavío completo sobre un caballo, es una imagen que agrada a los ojos de la mayoría de las doncellas. Vestido en tono rojizo, gris ratón o negro aterciopelado de suave cuero desde el cuello hasta los tobillos, con elaboradas “grescas” de seda y botonaduras sobre la corta chaqueta bolera y el chaleco o sobre las costuras exteriores de los ajustados pantalones de cuero, con un sarape color rojo sangre al hombro y con los destellos de plata sólida sobre el sombrero, la silla y las espuelas, estos hombres delgados con sus oscuros rostros, penetrantes ojos y fieros bigotes negros, proyectan una imagen que nadie que haya estado en  México puede olvidar.


Rurales en Gomez Palacios c. 1910
Por American Press Association, New York
The Library Of Congress Prints And Photographs Online Catalog
Eran, según dicen algunos, el deleite de los extranjeros, la alegría de las fiestas, especialmente la parada militar del 5 de Mayo y los desfiles por el zócalo frente al Palacio de Gobierno y por el Paseo de la Reforma. La gente los aplaudía y les gritaba ¡vivas! Y se brindaba por ellos. En una de aquellas fiestas, el 3 de Mayo de 1891, el poeta Juan de Dios Peza hace un brindis improvisado por los rurales de México[2]:


¡POR LOS RURALES!

IMPROVISACIÓN EN EL BANQUETE DE 3 DE MAYO DE 1891.

La voz mal, torpe el acento
De la «influenza» á la presión,
Pero sano el pensamiento
Y el espíritu contento
En esta franca reunión.

Brindo, cual siempre he brindado
Con plectro humilde y sincero,
Por el ranchero-soldado,
Que presenta uniformado,
Vivo, á Nicolás Romero.

 El cosaco mexicano
Que tiene en monte y pradera
Por cetro un lazo en la mano,
Por corona su jarano,
Trono en su silla vaquera.

Qué orgulloso se cimbrea
Cuando el caballo relincha
Si el rancho vecino otea
Y ufano caracolea
Haciendo crujir la cincha.

Por el ranchero sencillo
Cuya riqueza á mi ver
La forman un vaquerillo,
Un jorongo del Saltillo,
Un rifle y una mujer.

Que en el palacio, en la choza,
De la tierra en la extensión,
Desde Marte á Zaragoza,
No hay quien no rinda á una moza
La espada y el corazón.

Brindo al que prefiere osado
Al «vol-au-vent» el elote,
Y al «Champagne» el «colorado»
Y al mejor faisán trufado
El «mole de guajolote».

Al jazmín las amapolas,
Y en música es su ideal,
No Valkirias ni mamolas
Sino el wals «Sobre las olas»
Junto al Himno Nacional.

Por el que con frente ufana
Odia todo lo extranjero,
Y declara gente vana
Al que no echa una mangana
Ni luce en un herradero.

Por el que no halla en Europa
Semejante ni rival
En garbo, en usos y en ropa
Y que surge en nuestra tropa
Como tipo nacional.

Y por el hombre de honor
A cuyo augusto perfil
La gloria le da esplendor....
El caudillo vencedor
De Puebla en el dos de Abril.

 Por su gloria y los fulgores
De su renombre inmortal
Y por sus timbres mejores;
Es decir, los tres colores
Del pabellón nacional.


Y desde entonces la imagen del charro se quedó grabada en la memoria histórica y folklórica de nuestro país.


  Guillermo de Landa y Escandón,  Cap. Porfirio Díaz Jr,                                 Don Porfirio Díaz 
Los Rurales en una Marcha Matutina. Al Fondo El Castillo De Chapultepec.
en TWEEDIE Alec Porfirio Díaz, Seven Times Presiden Of Mexico
 Hurst And Blackett London 1906




[1] EMERSON, E. The Rurales op. cit.
[2] PEZA, Juan de Dios Las Glorias de México Música Épica Cantos ala Patria. Maucci Hermanos México Buenos Aires Habana 1904 p.  279.

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