miércoles, 17 de junio de 2015

Viaje del Coronel Stowe al México Antiguo (1892) Parte I

Viaje del Coronel Stowe al México Antiguo (1892)

Por Jorge H. Elías

En 1892, un militar y empresario norteamericano, el Coronel James G. Stowe, realizó un viaje, según sus propias palabras al “Egipto del Nuevo Mundo” es decir a México. James, era descendiente de antiguas familias inglesas, de las que el Barón Stowe, fundador de la gran biblioteca Stowe  del Museo Británico, fue miembro prominente. Nació en Providence, Rhode Island el 14 de junio de 1841. Fue mecánico y dibujante, participó como coronel en la Guerra Civil Norteamericana y llegó a ser experto en armamento y municiones. Escribió libros y artículos sobre ese y otros temas de gran circulación en su época y diseñó una máquina para cargar cartuchos “tan eficiente que mil pudiesen ser cargados en tres cuartos de minuto”.  En Kansas (1894) estableció la Stowe Implement Supply Company, compañía dedicada al abastecimiento de implementos agrícolas.  En 1898 fue nombrado cónsul general en Sud África, desempeñando ese cargo durante casi 4 años. Mientras sirvió como cónsul, además de mediar en la guerra entre ingleses y boers[1], impulsó las importaciones de aquel país desde Estados Unidos de 6 a 20 millones de dólares al año[2]


El Coronel Stowe relata su viaje a ese Egipto del Nuevo Mundo en un artículo publicado en tres partes por la revista The Farmers Implements News (del 12, 19 y 26 de mayo de 1892)[3]. Es muy probable que lo realizara a principios de abril pues la narración incluye descripciones de Samana Santa de aquel año. Su relato comienza en Muskogee, Oklahoma. Expresa que la forma más rápida para llegar desde los Estados Unidos hasta el corazón de México es hacerlo por tren. Y se dispone a abordar allí un carro Pullman del “M.K. & T. Railroad” Es decir del tren de Missouri, Kansas & Texas, llamado cariñosamente el Katy. Aunque la narración del coronel hace suponer que son varias las personas quienes lo acompañan en su travesía, sólo se identifica con nombre a un acompañante, quizá ayudante, un fotógrafo de nombre T. H. Turner, a quien el Coronel llama Hiram.

 “Nuestro acompañante,  T. H. Turner, de la Bradley-Wheeler Company de Cansas City – escribe Stowe con su estilo coloquial – al  que llamamos Hiram, tiene con él su Kodak y os arreglará unas fotografías[4] de lugares y objetos de interés del Viejo México. Si la narración no explica completamente los tópicos  que las fotos representarán, podréis usarlos como lo hizo Lord Timothy Dexter, de Newburyport, Mass. Lord Timothy fue un genio que se hizo rico con negocios que para los sabios parecerían absurdos. Entre sus muchas inversiones estuvo la de enviar un barco cargado de calentadores de cama[5] a las Indias Occidentales. Ahora bien, estos tan deseados artículos de confort para nuestras madres y padres,  se supone que no son necesarios en una tierra tan caliente, pero los colonos del lugar, los compraban como cucharones para el arroz y con mucho margen de ganancia para Lord T. Otro negocio, fue el de enviar una pequeña embarcación, cargada de mitones[6] de lana al mismo lugar, y los colonos, fácilmente los compraban para usarlos como coladores de melaza y con un margen grande de ganancia. Finalmente Lord Timothy terminó escribiendo un libro,  por supuesto, sin ningún tema. Y cuando se le llamó la atención por el hecho de que en él, no había signos de puntuación, preguntó: ¿y qué cosa son? Y cuando se le explicó, pidió que las últimas dos páginas del libro se llenaran literalmente con todo tipo de signos de puntuación para que los lectores pudieran añadirlos a manera de “sal y pimienta” al gusto de cada quién. Así vosotros podéis disponer de estas fotografías.” En el artículo, al pié de página, se indica que las ilustraciones prometidas aparecerán la semana siguiente. Desafortunadamente, en la segunda parte del artículo sólo se incluyen dos imágenes que corresponden a dos dibujos (no fotografías): unos aguadores y una mula arrastrando madera.

Al llegar a San Antonio, los viajeros habían ya cambiado de tren, se hallaban en el International & Graet Northen Railroad. Allí permanecieron dos días. En esta parte del relato el coronel menciona, de paso, una costumbre que se iba adquiriendo en los viajes por tren en México. El hecho es que antes de abordar al tren hacia Laredo, el coronel desayunó en el Buda que “no es un restaurante regular – escribe Stowe – sino una casa de granja típica atendida por la Señora Carington  con una banda de hermosas sobrinas… Hiram se perdió el agasajo, pues deseaba adaptarse a la costumbre mexicana de tomar parte del bufet del vagón del tren: café y bollos.” Me parece a mí que sea el típico desayuno de café con una variedad de “panes de dulce” tan estimado en México.

Por fin llegan a Laredo. Allí experimentan nuevas situaciones, cambio de tren, que para sorpresa de los viajeros resultó ser más amplio de lo que esperaban. Y cambio de idioma. Por lo visto el Coronel se defendía en la lengua Castellana. Pero dejemos que el relato lo haga el Coronel Stowe. Traduzco: “Llegamos a Laredo, otro producto del boom, y enfrentamos una temperatura de 42º a la sombra, pero estábamos contentos de vislumbrar la república mexicana y poder comenzar a usar nuestro puro Castellano en vez del más vulgar inglés. Conforme nos acercábamos a Laredo, esperábamos mucha incomodidad, sabiendo que debíamos dejar la amplitud y elegancia de las instalaciones del tren I. N & G. N.  [International and Grand Northen] y cambiar a vagones más estrechos. Pero resultó ser lo opuesto de esto y estuvimos felizmente decepcionados. Mientras pasamos el desagradable trámite de que nuestros equipajes fuesen revisados por oficiales de inmigración en México, Hiram se mantuvo en ascuas debido a una caja extra de películas para su Kodak que, si era expuesta a la luz, significaba la ruina y el fin de las fotos, pero nos encontramos con el caballeroso y eficiente agente comercial del tren Nacional Mexicano, W. B. Ryan, quien nos brindó toda la asistencia posible, organizó nuestra transportación y nos destinó a un muy bien equipado vagón con todos los adelantos.


La transferencia en Laredo fue hecha rápidamente, y libres de todas las desagradables circunstancias que tanto temíamos nos retiramos a dormir. Ya estábamos en camino a Monterrey, nuestro primer destino. Lo alcanzamos al amanecer. No había muchos viajeros en los caminos debido al “temor Garza”[7], latente gracias a los periódicos norteamericanos. Y Garza, decían, no ha estado en la república. Los mexicanos, no pensaban en él ni por un instante y en la ciudad de México casi ni se oía hablar de él. 




[1] Boer: (en danés y africano) granjero. Durante los siglos XVIII y XIX en el este de Sud África así se nombraba a los descendientes de colonos daneses.
[2] Para la biografía del Coronel James G. Stowe cfr. GOODSPEED, Weston Arthur, LL. B Editor in Chief The Province and the States A history of the Province of Luisiana Under France and Spain, an of territories and States of the United States formed Therefrom In seven Volumes illustrated with numerous maps and Portraits Vol VII Madison, Wis, The Western Historical Association 1904 https://books.google.com/books?id=EUBEAQAAMAAJ&dq=colonel+James+G+Stowe&hl=es&source=gbs_navlinks_s
[3] STOWE, J. G. A Journey through Old Mexico en The Farmer implement News Vol XIII No. 19 Chicago, Ill May 12 y 19 1892. https://books.google.com/books?id=19I0AQAAMAAJ&dq=%22the+poor+people%22+maguey+Monterey&hl=es&source=gbs_navlinks_s
[4] Al pié de página hay esta nota: las ilustraciones aparecerán en la II parte, la próxima semana.
[5] Calentadores de Cama o "Warming pan". Utensilio metálico en forma de amplia cuchara con tapa y de mango largo. En su extremo cóncavo se colocaban piedras calientes, se protegían con su tapa y se frotaban entre las sábanas y colchas para calentar la cama.
[6] Mitones: guantes sin la parte de los dedos.
[7] El Temor Garza o "Garza Scare” hace referencia a la revuelta de Catarino Erasmo Garza (1859-1895) periodista, revolucionario y héroe folklórico nacido en Matamoros Tamaulipas y educado en Hualahuises, NL y en Matamoros, Tams. Hacia 1891 él y sus seguidores planearon la caída del régimen de Díaz formando un movimiento conocido como la Revuelta de Catarino Garza. Éste fue un intento fallido entre 1891-92 de organizar una revolución desde Texas contra el régimen porfirista. El 3 de febrero de 1891 un amigo y compañero de Garza, Ignacio Martínez, fue muerto por agentes de Díaz en las calles de Laredo. El asesinato de Martínez y la inconformidad al sistema porfiriano, fueron el detonante para el alzamiento contra el régimen. Desde Palito Blanco, Texas como su centro de inteligencia, en 1891, Garza organizó una fuerza revolucionaria para invadir México. En septiembre 15 comandó un grupo de 26 hombres armados quienes cruzaron el  Rio Bravo hacia Mier, Tamaulipas. Y proclamó allí el Plan revolucionario. Los rebeldes regresaron a Texas después de 9 días y un breve encuentro contra fuerzas mexicanas. Por los siguientes meses, los garcistas llevaron a cabo al menos dos incursiones más hacia México. De acuerdo con sus propios registros, a finales de 1891 su contingente tenía 64 comandantes, 186 oficiales y 1,043 soldados. Reaccionando inmediatamente el gobierno mexicano envió a la frontera al General Lorenzo García, quien al reprimir tan brutalmente a los disidentes anti Díaz, provocó una reacción pro-Garza en Texas. Temiendo una guerra en la frontera, texanos influyentes urgieron a los texanos del sur a permanecer neutrales y pidieron al gobernador policías para expulsar a los gracistas. En Diciembre de 1891 tropas del  ejército norteamericano fueron enviadas al área para patrullar la frontera. Se sucintó una corta escaramuza en Retamal Springs. En general el ejército resultó inefectivo, pero pronto los garcistas abandonaron el área en tanto que fueron destinados oficiales especiales y efectivos. Potenciales reclutas optaron por la neutralidad. En 1892 Garza, según informes, se enteró de que era buscado por los oficiales y huyó de Texas.  

2 comentarios:

fausto mayen dijo...

Una observación :en el área de los laredos la temperatura de 42 grados es una temperatura canicular , no de abril o mayo .

Jorge Elías dijo...

Gracias Fausto por tu comentario. El texto original en ingles dice: "temperature of 108° in the shade" y más adelante dice en su relato sobre Monterrey que parece como si estuvieran en junio. Pero su viaje comenzó antes de la semana santa, que le tocó comenzarla en San Luis Potosí. Parece que aquél año fue de mucho calor. Un Saludo.

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