lunes, 2 de noviembre de 2015

El Capitán Nicolás Ochoa de Elejalde y sus descendientes. Herederos del Señor de la Capilla.

El Capitán Nicolás Ochoa de Elejalde y sus descendientes.

Herederos del Señor de la Capilla.


          Un interesante personaje de la historia de Monterrey durante el Siglo XVII es el Capitán Nicolás OCHOA de ELEJALDE y Navarro, hijo de Don Martin Ochoa de Elejalde y de Doña María Rojo de Ruelas Navarro propietarios de la inmensa hacienda de San Juan Bautista de los González en el Norte de Saltillo[1]. Dicha hacienda llegó a medir a principios del siglo XVII, más de 618 hectáreas.[2] Y “En 1617… era una de las nueve estancias, donde había indios de encomienda en el valle de Saltillo[3].

La familia de Doña María Rojo, madre del Capitán, fue una de las más acaudaladas de Saltillo y de tanto prestigio, que sus miembros recibieron el título de “Herederos del Señor de la Capilla”. Se llamaba y aún se sigue llamando de esta manera a la imagen de un Cristo Crucificado con más de 400 años de existencia a la que los fieles le han atribuido innumerables intervenciones milagrosas.  La imagen ha congregado a lo largo de todos esos años al pueblo religioso, especialmente al de Saltillo y del Noreste de México. Es parte del patrimonio cultural y religioso de México y un icono de identidad popular. Es un Cristo cruento, lleno de llagas y sangre, con la expresión profunda del dolor en su hermoso rostro de tez oscura.

La leyenda cuenta que la imagen de Cristo entró a Saltillo en una mula, sin que nadie supiera de dónde procedía. La mula se paró en medio de la plaza y allí no quiso moverse más. Los vecinos le dieron hospedaje y con el tiempo le construyeron su casa, es decir, su capilla. Leyenda aparte, es muy probable que la imagen haya llegado a lomo de mula ya que las cargas de la época eran trasladadas de esa manera por los arrieros. 
 
Por su parte, la historia narra que la imagen fue llevada a Saltillo por un rico comerciante de la época de nombre Santos Rojo (abuelo materno del Capitán Nicolás Ochoa de Elejalde) a principios del siglo XVII. En 1824 Don Lucas de las Casas, abogado de las audiencias de la república y cura de la Villa de Saltillo, escribe en una Novena dedicada a la imagen: “…el noble caballero europeo Santos Rojo, uno de sus primeros conquistadores y principales pobladores, compró y trajo la admirable y prodigiosa imagen… aunque no se ha podido averiguar cuando, en dónde, á quién, en cuanto lo compró ni de dónde lo trajo. De dichos documentos consta, que en el mes de marzo del año de 1608 lo puso y colocó en una capilla que con el título de animas había fabricado el espresado Santos Rojo en el crucero de la primera iglesia parroquial[4].

Don Santos Rojo, sus hijos y nietos con sus respectivas familias, adquirieron, con el correr del tiempo, por sus obras pías y la colaboración en la construcción de la capilla del Cristo, el título de herederos del Señor de la Capilla. No todos los descendientes de la familia, como sucede casi siempre, permanecieron en el mismo sitio, es decir en Saltillo, sino que construyeron sus respectivas familias en otras latitudes de México. A finales de la década de 1640, más o menos de unos 16 años de edad, el joven Nicolás Ochoa de Elejalde se trasladó a vivir al Nuevo Reino de León. Allí se casó con Doña Isabel de la Garza. Compró, de Juan de Solís, la hacienda de la Santa Cruz, a la que puso por nombre San Agustín, al oriente de Monterrey (En la actualidad Guadalupe NL).

          El Capitán Nicolás Ochoa se dedicó a la minería además de desempeñar varios puestos gubernamentales y militares en el Nuevo Reino de León. En 1659 fue regidor del Cabildo de Monterrey y en 1660 alcalde ordinario. Participó en las guerras que pretendieron pacificar a los indios naturales de la región. En 1686 estuvo encargado de comandar uno de los dos ejércitos bajo el mando del Capitán Alonso de León consignados a hacerle frente a los franceses que se pensaba estaban poblando la Bahía del Espíritu Santo. Las campañas de pacificación le merecieron mercedes y la encomienda de indios saratigua de nación borrados[5]. Superó Don Nicolás riesgos y peligros en los enfrentamientos contra "indios bárbaros" y en las expediciones a través de los desiertos del noreste de la Nueva España. Sin embargo, su destino era morir en un trágico accidente. 

          El Autor Anónimo de la Historia del Nuevo Reino de León del S. XVII relata la terrible muerte don Nicolás Ochoa. Dice que febrero de 1688 fue un mes aciago,  no sólo por la  muerte de 9 hombres en un encuentro entre soldados e indios serranos de Tamaulipas, sino además por la muerte, en Monterrey, de su Justicia Mayor.  Escribe:

“habiendo subido al cerro que llaman de las Mitras, distante dos leguas de la ciudad, el Capitán Nicolás de Ochoa, Justicia Mayor en ella y Regidor, a ver una mina que se trataba de beneficiar, la cual estaba en mucha altura, habiendo ya los barreteros comenzado a trabajar en ella y el susodicho sentándose encima de una laja a rezar ciertas oraciones, estando toda la gente descuidada, ora fuese que le diese al contenido algún vahido (sic), ó  que desmintiese la laja en un improviso, resbalo y cayo precipitado en una barranca de más de veinte estados y se hizo pedazos, cosa que no pudo remediar la gente, aunque oyeron, cuando iba cayendo, que invocó con el nombre de la Virgen, que sin duda en trance tan fuerte le favorecería, como a devoto suyo. La sierra es altísima y costó mucho trabajo el sacar el cuerpo, y causó mucha lástima a todos la muerte tan violenta”[6].

El acta de defunción del respectivo libro de la parroquia de Monterrey (actual catedral) registra la muerte el 13 de febrero de aquel año. Don Nicolás fue sepultado “en la Parroquial de esta ciudad con vigilia y misa de cuerpo presente y le mandaron decir sus hijos un novenario de misas cantadas en dicha parroquial y otro de misas rezadas en el Convento del Señor san Francisco”. [7]

Cerro de las Mitras, por Hector Martínez, via Flickr

Don Nicolás Ochoa de Elejalde y Doña Isabel de la Garza Montemayor González tuvieron al menos estos siete hijos:

-       Salvador   (n. hacia 1644) casado con Doña Catalina de la Garza Guerrero.

-   Capitán Joseph de Ochoa de Elejalde nacido en 1650[8] casado en primeras nupcias con Mencia de las Casas de la Vega (m. Monterrey 27 de septiembre de 1689)[9] y en segundas con Doña Teresa de Medina Cortés.

-       María Ochoa de Elejalde casada con Juan González.

-       Alférez Nicolás de Ochoa de Elejalde  (n. hacia 1659) Casado en primeras nupcias con Doña Lugarda de Medina. En segundas nupcias con Doña Margaríta de las Casas (m. Monterrey, 15 de enero de 1697)[10], en terceras nupcias con Doña Margarita García Dávila Cavazos (m. Monterrey  25 de Octubre de 1711)[11], y en cuartas nupcias con  Doña Josepha Méndez Tovar Gutierrez (m. Monterrey 16 de agosto de 1689)[12] 

-       Luisa Ochoa de Elejalde  nacida en Monterrey en 1666 y casada con Joseph de Escamilla Ayala (m. Monterrey 4 de enero de 1683)[13]

-     Blas Ochoa de Elejalde  bautizado el 31 de octubre de 1669[14]. Y casado con Doña Antonia Lozano de la Garza (m. Monterrey 4 de Junio de 1692)[15]

-       Isabel Ochoa  bautizada en Monterrey el 24 Dec 1671[16]  y casada con José Ayala

Una de las principales propiedades de esta familia fue la Hacienda de San Agustín. La estancia establecida en 1627 por Juan de Solís llamada de la Santa Cruz (en donde ahora se encuentra la cabecera municipal de Guadalupe, NL) fue comprada en 1658 por el capitán Nicolás Ochoa de Elejalde quien le cambió el nombre a “Hacienda de San Agustín”.  Tenía una extensión de 4 caballerías y cuarto (alrededor de 180 hectáreas). El 9 de enero de 1694 la propiedad fue dividida entre los hijos de Nicolás Ochoa e Isabel de la Garza exceptuando a María “mujer de Juan González, porque vendió su Parte a José de Ochoa, su hermano”[17].

Años más tarde, el 19 de febrero de 1710, Nicolás, el Mozo, vende a su cuñada Doña Teresa de Medina parte de su propiedad (media caballería de tierra)[18].  En esta hacienda se cultivaba caña de azúcar y maíz entre otros productos. En 1715 la hacienda fue expropiada por el licenciado Francisco de Barbadillo quien tenía orden del virrey Duque de Linares[19] de acabar con las congregas o encomiendas que esclavizaban a los indios. Barbadillo confiscó las tierras de la antigua hacienda de San Agustín de los Ochoa de Elejalde y en ellas estableció, en febrero de 1715 el pueblo de indios de Guadalupe. (Guadalupe NL).

Los Ochoa de Elejalde perdieron así su hacienda de San Agustín y nació en el mismo lugar una misión o pueblo de indios congregados de varios lugares de la Sierra Madre, y más tarde, en 1756,  del Pilón (Montemorelos NL).

Ya en épocas muy recientes (1980), cuando el ayuntamiento municipal concedió un escudo de armas a la ciudad de Guadalupe, se eligieron los símbolos que describen su historia. Uno de ellos, en el cuadrante superior izquierdo, es un Lobo Sable, es decir, un lobo color negro, insignia del apellido Ochoa de Elejalde debajo de un sol de gaules (rojo) representación del apellido Solís. Por ser Juan Solís el fundador de la Hacienda de la Santa Cruz y Nicolás Ochoa el primer patriarca de la Hacienda de San Agustín, que precedieron al "Pueblo de la Nueva Tlaxcala de Nuestra Señora de Guadalupe de Horcasitas". La presencia tlaxcalteca, como es obvio, también fue plasmada en el escudo con el jeroglífico en el cuadrante superior derecho representando a la república de Tlaxcala.

A la Izquierda Escudo del apellido Ochoa y a la derecha el Escudo de La Ciudad de Guadalupe, NL

Dos propiedades pertenecientes a algunos miembros de esta familia, específicamente a Margarita de las Casas, segunda esposa de Nicolás Ochoa, fueron también las que se hallaban frente a la plaza de armas (Plaza Zaragoza y hoy Macroplaza de Monterrey). Estaban ubicadas en las esquinas noreste y noroeste de las calles Zaragoza y Corregidora.  En 1712 el Capitán Nicolás Ochoa de Elejalde, el Mozo, hijo de Doña Margarita y el Capitán Nicolás Ochoa, el 30 de julio, vende parte de la propiedad a María Buentello de Morales casada con el Cap. José de la Serna por 180 pesos de oro común.

A lo largo de 300 años las propiedades tuvieron varios propietarios. Fueron usadas como viviendas y como tiendas comerciales. A fines del Siglo XIX la propiedad de la esquina noreste pertenecía a la Casa Comercial de Pedro Maíz y Compañía y lleva el nombre de Palacio de Cristal y más tarde, perteneció a la negociación Martín Vizcaya. En el S. XX se construyó allí el Edificio Layer con ornamentación “colonial”. Hoy el lugar forma parte de la Macroplaza.[20].



Antigua Plaza de Armas de Monterrey (Llamada Zaragoza desde 1864) Autor: Daniel Powers Whiting, 1846. Al fondo a la derecha el cerro de las Mitras. En la plaza a la derecha a uno y otro lado de la actual calle Zaragoza las propiedades de las que se hace referencia aquí. Para la época en que este cuadro fue realizado hacía ya mucho tiempo que no pertenecían a la familia Ochoa.

A. Lagrange y Hermano. Palacio Municipal (City Hall - side view, c. 1900). Calle Zaragoza de Norte a sur. A ambos lados del primer Plano esquinas noreste y noroeste del cruce de las Calles de Zaragoza y Corregidora. Las dos esquinas pertenecieron en su momento a miembros de la familia Ochoa de Elejalde. El Edificio de Arcos es el Palacio Municipal y al fondo se ve la desparecida iglesia del convento franciscano de San Andrés.

Mismas Esquinas vistas de sur a norte. En primer plano a la derecha, el edificio Layer. Foto publicada por el usuario Juan Crouset en Skyscraper. 



          Los descendientes del Capitán Ochoa de Elejalde llegaron a poseer riquezas, prestigio y propiedades. A Joseph Ochoa de Elejalde, uno de sus hijos mayores, le fueron concedidos por el Capitán Alonso de León, 35 sitios de ganado mayor y cinco de menor en la Mesa de las Amapolas a la orilla del río de La Pesquería[21].  Acumuló una fortuna muy considerable.  En su testamento del 10 de abril de 1708 se vislumbra la magnitud de sus posesiones en, ganado, caballos, bodegas de maíz, carbón, que comerciaba en la región.  Su testamento refleja también el estatus social y religioso que desempeñaba en Monterrey. Declara  haber sido mayordomo de la Cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio. Como mayordomo debió haber hecho, a lo largo de su vida, diversas promesas y mandas a favor del culto y de la cofradía.  A su muerte deja a la cofradía 25 yeguas y 10 mulas mansas además de las 25 yeguas y caballo que le debe. Como era costumbre de la época pide se le recen un buen número de misas cantadas y rezadas por él y 40 misas  “por las almas de la gente muerta a su servicio”.  “Declara asimismo que dio a su hermano la mitad de la labor en el valle del Pilón (Montemorelos, NL) y 750 pesos en los sitios de  la Salada”[22].  Sus deudas también son reflejo de su fortuna: debe dinero al herrero, a un vecino del Pilón, al Marqués de la Torre, a su mayordomo, etc. Entre deudas en dinero, maíz y quizá otros productos, el monto total debió ascender a unos mil pesos. En su testamento, además de propiedades en el campo y la ciudad de Monterrey, ganado y tierras de cultivo, declara tener algunos esclavos.

Don Joseph Ochoa murió  en Monterrey  en mayo de 1708 un mes después de haber redactado su testamento.  Fue sepultado en la Iglesia de San Francisco el día 17 de mayo de 1708[23]. Su esposa Teresa de Medina lo siguió algunos años después: falleció el 11 de Marzo 1713[24]

He podido documentar, con la ayuda de los archivos eclesiásticos microfilmados por la Iglesia Mormona, algunas ramas genealógicas de los miembros de esta familia hasta la actualidad. Claro, dentro de lo posible y con sus limitantes.  Estos herederos del Cristo de la Capilla de Saltillo preservaron su prestigio pero no siempre su fortuna ni su hacienda. Por su parte, la ortografía de su apellido se fue modificando, del primitivo  “Ochoa de Elejalde” pasó a ser “de Ochoa” y actualmente es también simplemente “Ochoa”.




[1] Lo que hoy se conoce como Los González fue parte de esta hacienda.
[2] Cfr. CUELLO, José Saltillo Colonial: Orígenes y Formación de una Sociedad Mexicana en la Frontera Norte Archivo Municipal de Saltillo, 2004 p. 112.
[3] LCD 20 feb 1617 Cit por AAVV GARZA MARTINEZ, Valentina PEREZ ZEVALLOS, Juan Manuel Libro del Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo 1578-1655 CIESAS, 2002 p. 35
[4] DE LAS CASAS DE LA MOLA y FLORES, Lucas  Novena a Cristo Señor Nuestro Crucificado cuya portentosa imagen se venera en su capilla contigua a la Parroquia de la Villa del Saltillo. Reimpresa en la oficina del C Urbano Sanromán, Guadalajara 1824 p. 3.
[5] AAVV GARZA MARTINEZ, Valentina PEREZ ZEVALLOS, Juan Manuel Libro del Cabildo op. cit. p. 98.
[6] AAVV DE LEON Alonso, Un Autor ANONIMO y SANCHEZ de ZAMORA, Fernando Historia de Nuevo León con noticas sobre Coahuila, Tejas y Nuevo México, México 1909 p. 312
[7] Monterrey, NL Defunciones (Sagrario Metropolitano) LDS 605195 , im 33
[8] AAVV GARZA MARTINEZ, Valentina PEREZ ZEVALLOS, Juan Manuel Libro del Cabildo op. cit. p. 98
[9] Monterrey, NL Matrimonios (Sagrario Metropolitano) LDS 605179 im 19.
[10] Guadalajara Jal. Matrimonios (Dispensas) LDS 168113 im 309-312.
[11] Guadalajara Jal. Matrimonios (Dispensas) LDS 168353 im 307.
[12] Guadalajara Jal. Matrimonios (Dispensas) LDS 168112 im 142.
[13] Guadalajara Jal. Matrimonios (Dispensas) LDS 167982 im 117-223.
[14] Monterrey, NL Bautizos (Catedral) LDS 605147 im 14.
[15] Guadalajara Jal. Matrimonios (Dispensas) LDS 168057 im 201-206.
[16] Monterrey, NL Bautizos (Catedral) LDS 605147 im 19.
[17] Archivo Municipal de Monterrey PROTOCOLOS Volumen: 6 Expediente: 1 Folio: 11 NO. 5
[18] CAVAZOS GARZA, Israel Catálogo y síntesis de los protocolos del Archivo municipal de Monterrey, 1700-1725. 1164). IX, fol. 120, no. 36.
[19] Fernando de Alencastre Noroña y Silva XXXV  Virrey de Nueva España 13 de noviembre de 1710 - 16 de julio de 1716.
[20] Cfr. MENDIRICHAGA CUEVA, Tomás La Antigua Plaza de Armas de Monterrey, Lado Norte en anuario  Humanitas Numero 34 UANL Monterrey, N.L. 2007 pp.  29-43.
[21] AAVV GARZA MARTINEZ, Valentina PEREZ ZEVALLOS, Juan Manuel Libro del Cabildo op. cit. p. 98.
[22] CAVAZOS GARZA, Israel Catálogo y síntesis de los protocolos del Archivo municipal de Monterrey, 1700-1725 1127). VIII, fol. 359, no. 113.
[23] Monterrey, NL Defunciones (Sagrario Metropolitano) LDS 605195 im. 87.
[24] CAVAZOS GARZA, Israel Catálogo y síntesis de los protocolos del Archivo municipal de Monterrey, 1700-1725 No. 1295). X, fol. 49, no. 15.

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