jueves, 11 de marzo de 2010

El Convento Franciscano de San Andrés



Hablar del convento franciscano de san Andrés es como hablar de un fantasma, o mejor, como hablar de un antepasado cuya silenciosa historia termina con un trágico desenlace. Es también el símbolo del pasado aplastado por el ansia de progreso, de modernidad y desarrollo. Pero está presente como símbolo en el mismo núcleo de la conciencia regiomontana: en el escudo del Estado de Nuevo León.


Dice Armando V. Flores que Fray Andrés de León lo fundó en 1602 y lo consagró al santo de su nombre: San Andrés. Israel Cavazos dice que fueron fray Lorenzo González, el viejo y fray Martín Altamirano quienes fundaron el convento de Monterrey, en 1602, bajo la advocación de San Andrés.

Pero la historia de este convento parece estar marcada por acontecimientos trágicos. Inundaciones, incendios e insensatez humana se confabulan en su contra.

En 1611 una inundación arrasó con las edificaciones de la ciudad. Los vecinos decidieron trasladar el trazo de la ésta hacia el sur. En el mapa que se muestra aquí puede verse este nuevo trazo, con la plaza de armas y el convento en el lado sur de la ciudad. (Plano del 15 de Febrero de 1791 y su comparativa actual)




En 1626, según un inventario de las construcciones de la ciudad, el convento contaba con torre fuerte, buenas campanas y cementerio grande para entierro de naturales.

El convento comenzó teniendo techo de paja o zacate y además de los deterioros por inundaciones que debió sufrir, también se incendió y quedó en la ruina. Pero en 1753 ya estaba nuevamente rehecho y mejorado. Fray Francisco Cabrera, guardián del convento, describe el templo de San Francisco...

...con una longitud de cuarenta varas (33.44 m), de latitud más de nueve (7.52 m) y de altitud diez varas (8.36 m). Puso en la fábrica de dicha iglesia especialísimo esmero en su portada (...) sobre el arco primero de la principal puerta de la iglesia (...) sale derecha una cornisa sobre la que descansa en su medio la ventana del coro curiosamente labrada, y a sus lados tiene la dicha ventana de su igual tamaño fabricados dos nichos bien pulidos y hermosos; en el uno de ellos, que es el del lado derecho, está una devotísima y bien hecha imagen de Nuestro Padre Santo Domingo, de bulto, de piedra cantería, de cuerpo entero, todo de una pieza, y del mismo modo está en el nicho del lado izquierdo Nuestro Padre San Francisco (...) sobre dicha ventana y nichos sale otra cornisa (...) sobre la que estriba y descansa siguiendo el mero medio de la ventana un nicho grande muy vistoso dentro del que está una hermosa y devota imagen de San Andrés, titular de este convento, fabricada de la misma materia de piedra cantería, la que tiene su repisa, aún más pulida y curiosa que las otras dos."
Su techo de bigas de encino reticuladas en rombo era único en la región, el piso era también de madera machimbrada. (Flores Salazar, Armando El Convento franciscano de San Andrés en Línea del Tiempo Biblioteca de la UANL)


En 1860 El Gobernador del Estado Santiago Vidaurri hace cumplir la Ley de Lerdo de apropiación de los bienes de la iglesia y
las piezas del referido ex convento que miran a la calle de San Francisco (hoy Calle de Abasolo) (...) y todo el primer patio quede separado para el establecimiento de escuelas gratuitas de la municipalidad de esta capital, quedando ese edificio a cargo del Ilustre Ayuntamiento para su conservación y mejora, a fin de que llene el objeto a que se destina”.
Entre 1864 y 1870 opera allí el Colegio Civil antes de pasar a su sede definitiva. Cuando se trasladó la sede del colegio, el convento pasó a ser cárcel municipal hasta fines del siglo XIX.

Incluso en el estado ruinoso en que seguramente se encontraba en 1887 como cárcel provoca la admiración de los visitantes. En una guía descriptiva de la época se le describe así:
La antigua Iglesia parroquial de San Francisco, una cuadra al sur de la plaza, es la reliquia arquitectónica más interesante en la ciudad. Data de 1590 (…) Es la Iglesia más vieja de la ciudad y es un buen ejemplo de la austera pero sólida arquitectura clasificada como de Franciscanos Primitivos (…) Merece la pena visitar su pintoresco interior con aperturas hacia el antiguo claustro. Muy pocas de las iglesias mexicanas existentes conservan el techo con las vigas cruzadas en cuadrícula, característico de esta estructura y tiene su contraparte en la de Coyoacán (…) La extraña inscripción latina a lo largo de la viga que sostiene el coro, hace referencia a la reconstrucción de la entrada (Porta Coeli-Puerta del Cielo) en 1842.”

“The old Parochial Church of San Francisco, one block South of the plaza (PI. D, 4), is the most interesting architectural antique in the city. It dates from 1590 and was founded as the Parroquia de San Francisco with San Andrés as its patron saint. It is the oldest of the city churches and is a good example of the austere but sturdy architecture classified as the Early Franciscan, and described at p. cxxix. Its quaint interior, which opens on to the old cloister, is worth inspecting. Very few of the existing Mexican churches retain the curious old cross-beams, in the ceiling, that are features of this structure, and its counterpart at Coyoacan (p. 408). The quaint Latin inscription which runs the length of the beam supporting the organ-loft refers to the reconstruction of the entrance (Porta cœli — door of Heaven) in 1842.” (Cfr. More Johnson, Hannan About Mexico Past and Present Presbiterian board of publication 1887
Las Guías del viajero (del siglo XIX) publicadas en Estados Unidos muchas veces hacen referencia a este Convento como uno de los principales puntos de visita. Hablan de este convento como un lugar en el que se pueden comprar artículos nativos en su cárcel. (Appletons' guide to Mexico: including a chapter of Guatamala, and a complete ... por Alfred Ronald Conkling de 1884.

Los visitantes extranjeros sentían admiración por este templo y convento a pesar de su condición ruinosa o quizás por ésta. Se puede leer en el American Magazine de 1884:
“Sería suficientemente tenebroso y oscuro el interior de la vieja iglesia si no fuese por la cantidad de velas que la fe han mantenido ardiendo a través de los siglos. A cualquier hora del día o de la tarde que uno entre hay siempre feligreses de rodillas recitando sus oraciones en español o susurrando a través de la rejilla del confesionario. El gusto de los ancestros parece haberse juntado con el extraordinario colorido y toda la familia de santos se vistió de los colores del arco iris. Los Cristos desmedidamente cruentos y lúgubres muchas veces de piernas moradas y cabellos azules y rosas tan grandes como coles brotando de las heridas de las manos y pies y, en el corazón de cada Dolorosa, una daga real se ostenta con orgullo. Esta vieja Iglesia de San Francisco fue de gran fascinación. Uno ama subir a la mohosa torre y sentarse junto a los pájaros y entre sus herrumbrosas campanas mirando hacia abajo y entre los pasillos desiertos ahora crecen yerbas donde monjes y monjas caminaron en otros días mientras el canto del viento parece hacer eco de las voces de aquellos quienes padecieron bajo las cúpulas en el nombre del misericordioso Jesús”.

It would be dark and gloomy enough within the old church were it not for many candles which the faithful have kept burning through all the centuries At whatever hour of day or evening one enters there are always worshipers upon their knees murmuring their Spanish prayers or whispering at confessional gratings The taste of the early fathers seems to have rioted in gorgeous coloring and the whole Blessed Family saints included are clad in all the colors of the rainbow The Christs are exceedingly bloody and lugubrious often with purple legs and blue hair and roses as large as cabbages growing out of the wounds in hands and feet and from the heart of each Mother of Sorrows a real dagger is ostentatiously protruding This old Iglesia de San Francisco has a wonderful fascination One loves to climb it moldy tower and perch with the birds among its rusty bells looking down into the courts now weed grown and deserted where nuns and monks walked in other days while the sighing of the wind seems echoing the voices of those who suffered in the vaults beneath in the name of the merciful Jesus . Ward Mostebet, Fannie B., Monterey, The Metropolis of Northen Mexico en The American magazine, Volume Vol XVII No. 3 17 Marzo 1884
Ya desde 1867, se empezaba a urdir la idea de derrumbar el Convento con la premisa absurda de alargar la calle Zaragoza hasta el río, "pues así lo requería el ornato de la ciudad" pero las autoridades eclesiásticas encabezadas por el obispo Francisco de Paula Vera lograron, en esa ocasión salvarlo, por casi 50 años más.

Convento franciscano de San Andrés después de la Inundación de 1909


La trágica inundación de 1909 no solamente fue el augurio de tiempos revueltos en Monterrey y México en la víspera de la Revolución, sino que además hizo bastantes estragos en el ya vetusto convento. Aún y eso, fue restaurado totalmente, y la torre campanario se completó agregándole como remate una cúpula con linternilla.


Lo que no pudieron hacer las inundaciones y el fuego, sí lo hizo la inconsciencia humana. Inútil culpar a nadie. El convento no puede recuperarse. De la época anticlerical de principios del siglo XX, el convento de San Andrés es su principal víctima. Y se decreta la demolición del Convento en 1914, siendo gobernador Antonio I. Villareal.

De la devastación de templo e imágenes "fusiladas" sólo se pudieron rescatar unos cuantos objetos:
"en el museo El Obispado se encuentran la escultura Tequitqui de Santo Domingo y la pila bautismal del siglo XVII, la viga de sabino del siglo XVIII con la dedicatoria del templo, el portón principal del Templo que funciona hoy como el portón de acceso al Museo, mientras las campanas siguen replicando hoy en día en la espadaña del Santuario de Guadalupe de la vecina colonia Independencia".
(Flores Salazar, Armando El Convento franciscano de San Andrés en Línea del Tiempo Biblioteca de la UANL)

Santo Domingo de Guzmán.
Escultura de piedra de estilo Tequitqui que se encontraba en el Convento. Hoy en el Museo del Obispado.
Fotografía de Esparta Palma
Museo Regional de Nuevo León, Ex Obispado.

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El Convento Franciscano de San Andrés Monterrey, Mexico
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8 comentarios:

Juan Crouset dijo...

Interesantísimos todos los datos.
La demolición fue tan injustificada, que durante muchos años permaneció el sitio totalmente vacío, sin que existiera la supuesta extensión de la calle Zaragoza.
Eran tiempos de fuerte anticlericalismo, si mal no recuerdo, existe una foto en donde están sacando las estatuas de los santos para fusilarlas.
Llama la atención la interesante descripción de los interiores del templo, que de ser por su simple fachada, no se adivinaría desde el exterior del mísmo.
Recuerdo que cuando construyeron la macroplaza anduve curioseando por las excavaciones entre palacio y el círculo mercantil, pues estaban extrayendo unos esqueletos que supongo habrían sido enterrados en el antiguo atrio.
Un saludo Leoncillo !

Jorge Elías dijo...

Gracias Crouset por tu comentario.Añadí una fotografía más a la redacción. En ella se ve la calle Zaragoza, y al final topando en el convento, creo que es diferente a la que se suele ver. Desafortunadamente es muy pequeña y borrosa. Saludos.

HOMERO dijo...

Buen dia, que tancierto es que cuando se hacen las excabaciones despues de derrumbar el convento, se encontraron muchos fetos, esto relacionado a que las mojas tenian ahi mismo abortos. Si me pudieras confirmar esta informacion te lo agradecería que no encuentro por ningun lado que esté documentado este hecho.

un saludo

HG

Jorge Elías dijo...

Homero, gracias por tu comentario

MMMM Muy extrano esto de los restos de fetos. Solo le he escuchado como una leyenda, pero no con fundamentos historicos, que definitivamente sera muy dificil verificar porque la iglesia, como poder dominante en la colonia no iba a dejar escritos sobre algo asi. Por otra parte, el convento franciscano era de monjes y no de monjas. Israel Cavazos como gran conocedor de la historia regiomontana en particualr y Mexicana en General, dice que con la desaparicion del convento se perdio y disperso un gran cumulo de datos e informacion vital para la historia colonial de Monterrey. Lo que si es positivo es que el atrio del convento como la mayoria (por no decir todos los atrios) de los templos era tambien cementerio de la ciudad y el mas antiguo ciertamente y alli se sepultaban no solo los cadaveres de monjes sino de seglares de la localidad. Gracias de nuevo por la visita y te debo los acentos de este comentario (estoy en una computadora ajena). Saludos.

marloo dijo...

Hola! Me parece sumamente interesante este blog! Contiene datos y hechos que acontecieron en esta ciudad que obtuvo un enfoque más industrial.

Me gustaría contactarme con Israel Cavazos o con el creador del blog, para manejar esta información y ponerla al servicio de los regiomontanos

mi correo es m.gza627@gmail.com

Saludos!

Jorge Elías dijo...

Gracias marloo por tus amables comentarios. Te escribo a tu correo electrónico para conversar tus propuestas. También te dejo mi correo aquí. A la orden. eliasjorge4@yahoo.com

Anónimo dijo...

¿Sabes qué se hace para excavar el área del cementerio? Ahora con el ADN podríamos identificar quién es quién. Quizás hasta podamos encontrar a las legendarias familias de México. Montemayor, Do Canto Y Carvajal por exemplo.

Muchos en los Estados Unidos ayudarían a financiar este esfuerzo, ya que muchos de ellos son descendientes de estos fundadores y también son los fundadores de Texas.

¿Cómo podemos llevar esta idea a las personas adecuadas en Monterrey, Nuevo León? ¿Deberíamos también solicitar la asistencia del estado de México? ¿Cómo podemos hacer esto?

¿alguien tiene una idea con quién contactar?

Jorge Elías dijo...

@anónimo: La verdad, yo no sé que pudiera hacerse para lograr lo que se hicieran trabajos de investigación en el área del convento y cementerio. Todos esos sitios hoy están bajo construcciones y avenidas principales de la ciudad. Sería algo muy interesante.

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