Don Alfonso Reyes Ochoa |
Al explorar la colección digital de la biblioteca dela UANL, uno se da cuanta de la riqueza que ésta ofrece en libros antiguos, especialmente para el estudio de la historia de México y del Estado de Nuevo León.
En una “búsqueda avanzada” en la herramienta de búsqueda, se puede escoger el título, el autor o la materia, incluso seleccionar si se desea ver una tesis de maestría o doctorado o indicar que lo que se quiere es un libro antiguo. Hay allí ejemplares de los siglos XVI al XXI. Si en la búsqueda avanzada se escoge la categoría de libro antiguo, sin colocar otro parámetro de búsqueda, el resultado será de más de 8 mil títulos de los más variados temas.
No sorprende encontrar las obras de Alonso de León, Fray Servando Teresa de Mier, Eleuterio González, Bernardo y Alfonso Reyes y Serafín Peña entre otros, así como el Acta de Fundación de la Ciudad de Monterrey y abundantes títulos referentes al estudio de la medicina, la historia y las leyes, documentos relativos a la legislación y la historia del Estado de Nuevo León, etc. Volúmenes que quizá pertenecieron a nuestro querido Dr. Gonzalitos y ejemplares que debieron formar parte de la biblioteca de Don Alfonso Reyes. Lo que sí me sorprendió fue encontrar muchísimos títulos de obras religiosas, devocionarios, bulas papales y cartas pastorales de los obispos mexicanos, especialmente de los obispos de la Diócesis de Linares, más tarde arquidiócesis de Monterrey, tanto en español como en latín.
Más aún me sorprendió hallar abundantes libros raros sobre la historia de Querétaro, entre ellos tres diarios manuscritos de las primeras décadas del siglo XIX, muy interesantes, creo yo, para hacerse una idea de la vida cotidiana en Querétaro durante las primeras décadas del México independiente. Estos diarios manuscritos son 20 tomos del Diario de Querétaro de José Xavier Argomaiz, un manuscrito titulado: Una familia queretana en la Guerra de Reforma del que no se señala autor (en una de sus páginas aparece un membrete con el nombre de Fernando Díaz Reyes Retana) y un diario de X. Silva: “Papeles para la historia de Querétaro 1821-1823” escrito en San Juan del Río.
Basta acceder a cualquiera de los libros de la biblioteca digital para experimentar gratitud al Padre Mier, a Gonzalitos y a Alfonso Reyes, pilares del conocimiento e identidad del regiomontano, misma gratitud que se experimenta por quienes en la UANL hicieron posible el acceso digital a este tesoro de todos.
2 comentarios:
Jorge:
La UANL parece que es la única institución en México, y espero no equivocarme, que se ha tomado la molestia de digitalizar y poner a disposición de todo el público y sin restricciones por lo menos de consulta, todos sus materiales bibliográficos más valiosos.
A pesar de que esta labor esta suspendida de momento, el acervo que tienen en línea es suficientemente interesante como para darnos una probadita de lo que pudieran hacer tantas otras instituciones que mantienen sus acervos ocultos a la vista de los interesados, como si éstos les hubieran sido otorgados por los dioses del Olimpo y no pudieran ser vistos por ojos profanos.
Creo honestamente que la escasez de materiales digitalizados en nuestro país, se debe a una combinación de burocratismo, desconfianza y plena ignorancia de los procedimientos para su preservación electrónica.
Sin duda que se necesita de una inversión en sistemas y personal para la digitalizacion, pero es innegable que con un escáner de 500 pesos también se pueden preservar del deterioro por lo menos un puñado de documentos de valor incalculable.
De muestra está todo el material que se preserva al ser escaneado por blogueros, foristas, etc.
Te mando un saludo.
Gracias J. Crouset por el comentario. La verdad es que no sé si hay otras instituciones educativas en México que tengan digitalizados su volúmenes antiguos y además los tengan a la disposición del público. Yo he encontrado algunos de EEUU pero universidades mexicanas ninguna. ¿será que no he buscado bastante? Por lo menos para acceder al biblioteca del TEC hay que ser alumno o empleado del TEC. Y como tú dices, digitalizar los documentos más antiguos sería la mejor forma de conservarlos porque una vez "escaneados" se les podrá dejar descansar en paz sin ser molestados en sus anaqueles.
No sé si sea cosa de egoísmo, o falta de recursos económicos, la verdad es que yo creo que se trata de desinterés por parte de los encargados de los institutos. Por aquí decimos "Nadie quiere trabajar" algo de eso debe haber en este tema. Gracias y saludos.
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