lunes, 30 de marzo de 2015

John Russel Bartlett. La frontera entre México y Estados Unidos en 1852 (2a. Parte)







Bartlett en Monterrey se aloja en el "Hotel de Coindreau" (Diciembre 1852)

Bartlett y su equipo de exploradores partieron de Saltillo hacia Monterrey el 10 de Diciembre de 1852. El trayecto que hoy día nos demora una hora en automóvil le costó dos días. Esto debido principalmente a problemas con las ruedas de las carretas, que se encontraban en mal estado. El primer detalle que llama la atención en el relato de Bartlett es la preocupación por la seguridad ante el posible ataque de los indios. Para prevenir cualquier incidente, solicita a las autoridades locales una escolta de 10 jinetes la cual le es concedida. Durante el camino no hubo ningún incidente con indios.

Bartlett esperaba llegar a Monterrey al día siguiente.No pudimos llegar a Monterrey como esperábamos hacerlo – escribe en su diario – y  fue mucho tiempo después de que oscureciera cuando alcanzamos la villa de Santa Catarina, en las faldas de la Sierra Madre y a unas veinte millas de Rinconada, donde acampamos”.


Ya el día 12 de Diciembre, cuando la gente de Monterrey se encontraba celebrando la fiesta de la Virgen de Guadalupe con ruidosos cañonazos, el grupo de exploradores llegó a la Ciudad después de haber pasado por el Molino de harina de Jesús María. Entrando en la ciudad encontraron “recintos amurallados, donde junto con variedades de árboles frutales y ornamentales, vimos algunos llenos de naranjas y limones”.

Bartlett  señala en su diario que  las casas de Monterrey eran “de piedra con altos techos de paja, rodeadas de hermosos jardines con un aire de confort mayor que cualquier otro que hayamos visto, alineadas a la entrada de la ciudad.

El grupo se alojó en el Hotel de Coindreau. En su diario, Bartlett escribe “we took up our quarters at Coindreau's Hotel” lo que me hace suponer que quizá el Hotel estaría, de alguna manera, organizado para recibir grupos militares o simpatizaba con militares norteamericanos. El hotel probablemente se hallaba en lo que es actualmente la Plaza Hidalgo y debió pertenecer a Don Luis Gustavo Coindrau, originario de Charente, Francia. Coindreau debió llegar a Monterrey procedente de Boston, durante la Batalla de Monterrey o poco tiempo después mientras el ejército norteamericano ocupaba la ciudad[1]
Fue empresario en aquella época y tuvo una fábrica de velas en la década de 1870s. Bartlett sólo asienta el dato del nombre del Hotel “Cointreau´s” y lo describe brevemente como “un amplio edificio con un gran patio, en el estilo del país”.

Al día siguiente Bartlett se dispuso a explorar la ciudad, no sin antes poner a trabajar a un carpintero local en el mantenimiento de las carretas de su tren de exploración.  Durante su recorrido por las calles y plazas de Monterrey se percata de la presencia de compatriotas. “Encontramos varios americanos en  el lugar – anota en su diario –  aunque el número ha disminuido bastante en el año. Hay muchas grandes tiendas, y se puede encontrar todo tipo de artículos en ellos. En muchos el dependiente habla inglés, aprendido durante la ocupación de la ciudad por los americanos”.

Ese mismo día Bartlett visitó el Obispado y allí elaboró un muy interesante boceto del edificio. En él representa la fachada con el cerro de las Mitras al fondo y en su costado la sierra Madre. La peculiaridad de este boceto es, que a diferencia de otras representaciones de la época en él se muestra su fachada y una especie de barricadas o muros protectores en su costado sur. Anota en su diario: “Este es un hermoso edificio de piedra antiguo  y en sus días sería sin duda una estructura elegante, estaba en ruinas, sin embargo, mucho antes que el General Worth lo tomara”.

Fragmento del Boceto de Bartlett mostrando la fachada del Obispado y el cerro de las Mitras. 

Otro boceto realizado en Monterrey por Bartlett y fechado el 14 de diciembre, representa la ciudad vista desde la el sur-este. En él se aprecia el cauce del Río Santa Catarina y la ciudad con detalles de la Catedral el Convento y las casas en torno a ellos. En su diario Bartlett anota: “La ciudad se encuentra en una llanura a una milla de distancia, y la rodean hermosos jardines y huertos, sus blancas casas presentan un fuerte contraste con el verde profundo del follaje. Hacia el sur, corre un pequeño arroyo, un ramal del Rio San Juan, a la mitad de un gran arroyo, más allá en el que un chaparral se intercala con campos de maíz, se extiende cerca de siete millas hacia el Cerro de la Silla, una de las montañas del país más singulares en su forma. Al Norte y este de la ciudad, una gran llanura se extiende hasta donde alcanza la mirada, en la que por aquí y allá hay campos de maíz y caña de azúcar entre grandes chaparrales”.

Anota además en su diario un hecho interesante que le sucedió en el Fuerte de la Ciudadela. Dice que, aunque presentó sus credenciales, se le negó la entrada al fuerte y expresa que ese fue el único incidente de este tipo a lo largo de todo su recorrido.

Continúa su descripción de la ciudad y el estado de los lugares que fueron usados como puestos defensivos durante la Batalla de Monterrey: “El “Black Fort” o ciudadela […] Cubre un área de unas tres hectáreas. Sus paredes son de sólida construcción, con bastiones dominando el acercamiento del lado norte. Al lado este de la ciudad, hay varios reductos, así como a lo largo del margen del arroyo. Fue en la toma de éste durante la cual sufrió más nuestro ejército. Las viejas tenerías, donde hubo un encuentro fuerte, permanecen tal y cual las dejaron nuestras tropas. Un caballero americano familiarizado con la historia de este encuentro, me acompañó en una visita a este cuartel, y señaló varios lugares.
Monterrey es la capital del estado de Nuevo León y tiene una población de entre 15 y 18 mil almas[2]. Es la única ciudad que visité en México (exceptuando Hermosillo, Sonora) que está creciendo. Aquí progresaban las mejoras. Muchas casas de buena calidad estaban en proceso de construcción, otras estaban en reparación y todo tiene la apariencia de ser un lugar con actividad y desarrollo. Las calles están pavimentadas y se mantienen limpias. Mucho se ha hablado de la suciedad de los pueblos mexicanos, yo puedo testificar que los inspectores de las calles de nuestra Nueva York podrían beneficiarse del ejemplo de Monterrey.
Visitamos la Iglesia en la plaza, que ha sido el hospital de nuestras tropas. Tiene algunas pinturas de mala calidad y una gran cantidad de chapa de plata abundante. Las tropas mexicanas fueron a esta plaza antes de capitular.

Fragmento del boceto de Bartlett mostrando la Catedral a la derecha. Al centro la Iglesia del Convento de San Andrés y al fondo el cerro de las Mitras.


El equipo de exploradores continúa su camino hacia el norte el día 15 de diciembre. Salen por el camino para Marín. En la Ciudadela, la escolta de 10 dragones provista por las autoridades locales para la seguridad de la misión, se une nuevamente al grupo. Su destino es el Golfo de México. El día 1º de Enero de 1853 Bartlett y sus compañeros tocan la bahía de Corpus Christi en el estado de Texas.

El edificio del obispado como debieron verlo en 1852 el grupo de Exploradores (Jorge H. Elías)



[1] Datos tomados de la partida matrimonial de Luis G. Coidreau con Doña Francisca de la Garza (Monterrey, 20 de julio de 1856). El acta señala: “Don Luis Gustavo Coindreau originario de Francia en el Departamento de Charente Inferior  residente que fue en Boston de los Estados Unidos del Norte y vecino de esta ciudad hace 9 años hijo legítimo del Dr. Don Santiago Coindreau y de Da Ma. Anna Pelagia Jhenard Dumousseau  difunta” Microfilm de la Iglesia LDS No. 605181 im 473.
[2] [Nota del Mismo Bartlett]: Mis cálculos sobre la población de ésta y otras ciudades, proceden de las autoridades mexicanas y no son siempre confiables. La gente está siempre demasiado apta para sobre-estimar a la población en sus ciudades y se niegan a declarar su declive.  

2 comentarios:

Anónimo dijo...

FELICIDADES Leoncillo Sabino por este interesante articulo se envio una imagen de 1863 de Coindreau

Jorge Elías dijo...

Gracias @Anonimo por tu comentario. ¿Entiendo que me enviaste una imagen de coindreau? Sería muy interesante. Este es mi e mail. eliasjorge4@yahoo.com

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