2.
Agentes de la Paz Porfiriana
Además
del desarrollo de los ferrocarriles, los Rurales fueron uno de los principales
recursos utilizados por Díaz para establecer la llamada Paz
Porfiriana. (Un período de adelanto económico, paz social – muchas veces
quizá, mediante la represión – y una imagen de seguridad y prosperidad que
motivó la inversión de capitales extranjeros en la República). Este recurso
humano llamado policía rural, era sobre todo, un individuo particular, con
nombre propio.
¿Qué
podemos decir del tipo de personas integrantes
de la policía rural?
Eran en su mayoría expertos jinetes, y tenían gran conocimiento del
terreno. La mayor parte de la literatura referente a los Rurales, sobre todo la
literatura extranjera, hace referencia a sus habilidades excepcionales en el
dominio del caballo, la soga y el terreno en que se desarrollaban. Emerson,
quien convivió con ellos como su escolta a principios del S. XX escribe: “… fue (Porfirio Díaz) quien (los) condujo…
a su nivel actual de eficacia, sobresaliendo esta caballería nativa sobre la de
otros lugares, sean la de los cosacos, ulanos, húsares, la policía montada de
Canadá e incluso los Rangers de Texas… Comparado
a los rurales, nuestra propia caballería regular y la de la mayoría de los
grupos militares europeos serían calificadas de infantería montada. Los rurales
son jinetes por excelencia[5].
Otros autores de la misma época, califican a los Rurales como “el único cuerpo de soldados de su tipo en el
mundo”[6].
Por lo general los autores se despliegan en elogios a las destrezas ecuestres
de nuestros rurales e incluso, afirma Vanderwood, “cuando
Estados Unidos ocupó Cuba en 1898, las autoridades militares tomaron como
modelo a México para la creación de la fuerza rural policíaca de Cuba”[7].
General Sub-Inspector 1907 Mexico Of The Twentieth Century Vol I por MARTIN, Percy F. London 1907 |
En primer lugar, que eran en su mayoría,
campesinos y artesanos que “provenían de
las filas de desempleados, de la misma gente cuyas frustraciones trataba de
controlar el gobierno” [1]
Es posible que entre sus tropas hubiera algún ex-bandido o salteador como vimos antes, sin embargo, un conocedor a profundidad de este tema, Paul Vanderwood expone que “No existe ninguna evidencia de que Díaz haya reclutado deliberadamente bandidos dentro del cuerpo de Rurales, aunque ese sea el mito popular posrevolucionario. Por el contrario, la documentación indica que la organización hizo todo por deshacerse de personas desprestigiadas…” La leyenda de que las tropas estaban formadas por ex bandidos era fuerte incluso entre los mismos Rurales. “Me informó un rural, (escribe E. Emerson en un artículo de 1911) que uno de los más famosos entre todos ellos, que como bandido aterrorizó el territorio salvaje de Tepic entre la costa del Pacífico y Guadalajara, prestó juramento como líder rural al mismo Porfirio Díaz.”[2] Y en el mismo artículo se relata la anécdota de cómo Díaz lo capturó y le dio a escoger entre la muerte o el reclutamiento. Emerson advierte “Este tipo de historias abundan y algunas son probablemente ciertas”[3].
Es posible que entre sus tropas hubiera algún ex-bandido o salteador como vimos antes, sin embargo, un conocedor a profundidad de este tema, Paul Vanderwood expone que “No existe ninguna evidencia de que Díaz haya reclutado deliberadamente bandidos dentro del cuerpo de Rurales, aunque ese sea el mito popular posrevolucionario. Por el contrario, la documentación indica que la organización hizo todo por deshacerse de personas desprestigiadas…” La leyenda de que las tropas estaban formadas por ex bandidos era fuerte incluso entre los mismos Rurales. “Me informó un rural, (escribe E. Emerson en un artículo de 1911) que uno de los más famosos entre todos ellos, que como bandido aterrorizó el territorio salvaje de Tepic entre la costa del Pacífico y Guadalajara, prestó juramento como líder rural al mismo Porfirio Díaz.”[2] Y en el mismo artículo se relata la anécdota de cómo Díaz lo capturó y le dio a escoger entre la muerte o el reclutamiento. Emerson advierte “Este tipo de historias abundan y algunas son probablemente ciertas”[3].
Podemos decir también que los Rurales eran gente sencilla y que, aunque
el reglamento de 1880 estipulaba, entre los requisitos para ser admitido, el
saber leer y escribir, no obstante el 50% de los miembros era analfabeto[4].
Domando A Un Bronco 1911 Por Edward Borein |
La principal función del policía rural, como quedaba estipulado desde el
primer decreto de Juárez, era la vigilancia de los caminos, atrapar a los
delincuentes y sospechosos para ponerlos en manos de las autoridades, sin
embargo ésta no fue su única tarea. Conforme la paz porfiriana fue impregnando a
la república, los Rurales iban diversificando sus funciones. Por su
extraordinario conocimiento del campo, eran requeridos como guías y escoltas
para expediciones científicas del gobierno, estudios geodésicos y otras
empresas gubernamentales. Actuaban como escolta montada de gobernantes, jefes
políticos, transportes valiosos y viajeros extranjeros cuando las condiciones
del país así lo requerían. En alguna ocasión debieron transportar el correo[8]
y hasta un párroco de pueblo trató de
utilizarlos ¡para recolectar el diezmo![9]
Parece que conforme iba envejeciendo el régimen de Díaz, con él se
fueron acentuando la corrupción y el desorden entre los guardias rurales. Se
emitieron una gran cantidad de reglamentos muy detallados con el fin de
controlar las actividades de los guardias, pero se hizo poco para ponerlos en
práctica, después de una inspección por parte del ministerio de Gobernación se
encontró que “muchos Rurales ocupaban
puestos políticos o administraban cantinas a las que los obreros se veían
obligados a asistir, o servían como fuerzas policíacas personales de
cafetaleros extranjeros que tenían que recurrir a la represión para mantener el
control sobre sus peones. … En los cuarteles encontraron oficiales borrachos,
guardias que no sabían montar y a uno de ellos que, siendo el herrero, tenía
miedo a los caballos”[10].
No se debe generalizar y no todos los guardias eran corruptos y
frecuentemente, los que sí lo eran, iban presos por su crimen, fuera civil o
militar. Sin embargo los excesos de los Rurales eran frecuentemente denunciados
por las autoridades locales (principalmente los alcaldes). De los variados
incidentes que refiere Vanderwood sobre los excesos de la policía rural no está
de más citar el siguiente: “En una
hacienda en el estado de Veracruz literalmente (el policía rural) retorció sus
sables al azotar a los peones para mantenerlos bajo control, mientras su
superior, un teniente, se probaba un uniforme norteamericano y practicaba su
inglés brindando con los supervisores de la hacienda… estos abusos descubiertos
por algún investigador, parecen haber permanecido impunes”[11].
Rurales en Revista 1911 Por Edward Borein |
[1] VANDERWOOD Paul J. Los Rurales procucto de una cecesidad social.
En: Historia mexicana, v.22, no. 1
[85] El Colegio de México (jul. sep., 1972) p. 39.
[2] EMERSON,
E. The Rurales op. cit.
[3] IBIDEM
[4]
Cfr. VANDERWOOD Paul J. Los Rurales op
cit p. 40
[5] EMERSON,
E. The Rurales op. cit
[6]
TWEEDIE Alec Porfirio Díaz, seven timespresiden of Mexico Hurst and Blackett London 1906 p 278.
[7]
Cfr. VANDERWOOD Paul J. Los Rurales op
cit p. 47.
[8] Cfr.
EMERSON, E. The Rurales op. cit
[9]
Cfr. VANDERWOOD Paul J. Los Rurales op
cit p. 42.
[10]
IBIDEM p. 46.
[11] VANDERWOOD
Paul J. Los Rurales op cit p. 45