viernes, 19 de junio de 2015

Viaje del Coronel Stowe al México Antiguo (1892) Parte II

El Coronel Stowe en Monterrey se hospeda en el Hotel Hidalgo.


Cada detalle del recuento del Coronel Stowe durante su estancia en la ciudad de Monterrey en 1892 es interesante para quien tiene el deseo de viajar al pasado. Datos anecdóticos y detalles históricos se mezclan en el relato ameno de un hombre culto. No me parece ver el dejo de criticismo o sarcasmo que he encontrado en otros relatos de turistas norteamericanos de la época, ni el espíritu mesiánico de los misioneros que veían idolatría en cada costumbre nativa. Describe las costumbres, le parecen extrañas, pero no las critica. El coronel se deja seducir por la hospitalidad del mexicano común, por su sencilla y colorida vestimenta y por la sonrisa de los niños. La impresión causada por la experiencia regiomontana, se puede decir que fue excelente: las montañas con sus “peculiares formas”, el hotel Hidalgo y su “patio interior de arquitectura morisca”, la gente que “fuma por todas partes”, las plazas, las iglesias “erigidas hace cientos de años”, todo parece ser bueno. No hay queja. Pero dejemos que el propio Coronel nos cuente su experiencia.

“Llegamos a Monterrey a las 5:30 am, donde nuestro carro Pulman fue puesto a un lado para que los pasajeros pudiesen disfrutar un sueño imperturbable hasta que quisieren levantarse. Ésta es otra prueba de que la cortesía del Nacional Mexicano y su deseo por la comodidad de sus pasajeros y este viaje, es justo tan hospitalario, tan cortés y tan amable como su gente. Todos sus oficiales son tan atentos y complacientes que es un placer viajar con ellos. Incluso el “train boy[1]  mexicano, a diferencia del americano, es mucho más caballeroso y no molesta a los pasajeros para que compren – y esta cortesía incita a comprar más que si fuese de otra manera.

Monterrey, “Montaña del Rey” es una ciudad de 50 mil almas, 2 mil pies sobre el nivel del mar, yace al pie de las montañas de la Sierra Madre. Difiere de cualquier otra cadena montañosa en todo el globo. Se alzan sobre el encantador valle y se yerguen despejadas contrastando con el claro y azul cielo. Sin vestigios de vegetación, labrados con profundas grietas, adquieren peculiares formas de las que reciben sus nombres tales como, silla, mitra, etc. Sorprenden a la vista del espectador con asombro y por las mañanas lucen como oscuras y portentosas nubes.

Un día semejante a los de junio nos saluda, nos saludan caras alegres y un buen hotel, el Hidalgo, nos espera. Este hotel está situado junto a la plaza, verdea con árboles y arbustos, todo nuevo para nosotros. La municipalidad  o palacio, da frente a la misma escena.
¿Cómo pudiésemos describir esta encantadora ciudad, más digna de visitar que muchas ciudades del viejo mundo tan justamente elogiadas? ¿Cómo pudiésemos hablar de sus hermosos jardines, retoñando  con hermosas flores de la variedad de tonos con que este país está bendecido – jardines verdes con el follaje de muchos árboles, donde la fruta dorada descansa sobre paredes de piedra, iluminando las henchidas ramas?
El Hotel Hidalgo tras la estatua, lugar donde se hospedó el Coronel Stowe en 1892.

Todas las casas son de un piso, en blanco puro aliviado por verdes persianas y si tienen ventanas, protegidas por barrotes. Muchas de las casas tienen una sola puerta, algunas con puerta y ventana pero todas protegidas con barrotes de hierro o rejas – una costumbre adquirida del tiempo de las revoluciones, cuando la protección era necesaria. Las calles son estrechas y las paredes amplias – las calles convergen en el centro. Todos fuman por todas partes, sobre carros, en el teatro, en la mesa y en la casa, hombres, mujeres y niños. Manadas de burros sin brida y cargados con todo tipo de productos van por las calles, arreadas por un hombre o muchacho que los controla bien. Trabajadores por todas partes arreglan calles y edifican casas ya que aquí la mano de obra es barata, entre 18 y 50 centavos al día. La tranquilidad prevalece por todos lados, porque las ciudades mexicanas están entre las ciudades más vigiladas del mundo, tanto civil como militarmente, de pie y a caballo, y abundantemente. La vida es barata – tortillas y frijoles son la dieta de los pobres trabajadores. El maíz es un alimento elevado, crece en campos de riego. Antes de las lluvias de junio la segunda cosecha será plantada. Aquí no se muele el maíz, sino se hierve en agua con cal para remover la cáscara, entonces se tritura entre dos piedras hasta obtener una pulpa, luego se sala y se fríe en la plancha o en la piedra y se convierte en tortillas, el principal alimento de los pobres y favorito de todo mexicano. Para proveer  a una familia ordinaria con tortillas, la mujer debe comenzar a trabajar a las 2 am. La piedra cuadrada, ligeramente cóncava, y el mortero en forma de rodillo son el orgullo de toda ama de casa.

Todas las casas están construidas en torno a un espacio cuadrado, con un jardín interno de acuerdo a los gustos y posibilidades financieras de su dueño. Las paredes son gruesas para que no entre el calor. ¡Qué vistas se roban a través y más allá de las puertas abiertas y rejas hacia dentro del fresco y sombreado refugio!  ¡Qué gente tan hospitalaria son estos mexicanos! Cada cuarto tiene al menos 12 sillas. Son gente hospitalaria porque te saludan con una sonrisa y una palabra amable. Te ofrecen una despedida con un  “bienvenido”.  Cortesía, hospitalidad, amabilidad y buena voluntad son heredadas. Qué encantadores son los niños, con sus oscuros y brillantes ojos, sus dientes de perla y complexión color crema. ¡Y qué alegres son! Incluso los ancianos son simpáticos de ver y las indias ancianas tienen una expresión maternal y amable en sus arrugados rostros.
Figure 2 “Qué encantadores son los niños, con sus oscuros y brillantes ojos, sus dientes de perla y complexión color crema. ¡Y qué alegres son!”
La imagen procede del libro de Jasper T. Moses, Today in the land of tomorrow, 1907



Los trajes son de todas las variedades – pobreza y abundancia se dibujan por igual. Muchos usan sandalias, las recias chancletas de cuero cruzadas entre los dedos y atadas alrededor del tobillo. Pero dignos zapatos de cuero adornan el pie de los prósperos.

Visitamos las iglesias, erigidas hace  cientos de años, y escuchamos los oficios; la escuela para muchachos, todos recitando al unísono; la estación de policía, escoltada por gendarmes en uniformes blancos, armados con carabinas y con la apariencia más de soldados que de policías. Tomamos un carro, tirado por una mula muy pequeña guiada durante todo el trayecto por el muchacho arriero hasta la falda del cerro más allá de la ciudad y vimos con deleite el excepcionalmente hermoso panorama del valle y la montaña y abajo la pintoresca ciudad. Visitamos las nobles ruinas de lo que fue una iglesia y el palacio del obispo, alguna vez provisto con nave y capilla pintadas y labradas, con celdas y tapetes. Después volvimos al hotel, el amable conductor corriendo de regreso una cuadra para decirnos que él nos estaba esperando.

Nuestros cuartos dan hacia un patio interior de arquitectura morisca, todas las puertas dirigidas hacia el balcón. El cuarto no tiene ventanas, pero no son necesarias en este clima, con sus frescas noches y mañanas. Hablando del clima, venid y descubridlo, sentidlo, respiradlo y ¡renovad vuestra vida!

Las iglesias están siendo constantemente reconstruidas o se le hacen adiciones a las mismas, ya que por lay, si están terminadas, las contribuciones deben cesar y comienza el pago de impuestos. Por las noches bandas pagadas por el gobierno tocan en la plaza, gente de todas las clases pasea bajo la luz eléctrica y todos parecen estar felices, sin importar su condición.

Monterrey tiene unos 3 mil residentes americanos, y se le llama la ciudad americana de la república. Tiene una fundidora, talleres mecánicos, dos fábricas de cerveza y varios hornos para fundición. Y están iniciando trabajos hidráulicos.
 
Hay todo tipo de vestimentas y de todos colores, sombreros de todas las formas y precios, cónicos como una corona, de ala ancha y de todos los precios desde $10 hasta $150, mantas de colores, vestidas con gracia por los más pobres, gruesas y tibias y pareciera que protegen tanto del calor como del frío, mientras que los pies están descalzos o protegidos solo con unas sandalias de cuero.

Pintoresca es la palabra que describe la vestimenta del nativo. Extraña y primitiva, la gente y su vivienda. El amor es intenso entre ellos y el abrazo de despedida en el mercado entre padre e hijo si el anterior está dejando la casa tal vez por vez primera, es sincero y verdadero. Vimos hombres y mujeres montar juntos a lomo de caballo, la mujer siempre adelante. Cerdos, perros y gallinas, todos flacos y demacrados corren por las calles.

Dejamos Monterrey hacia San Luis Potosí, y nuevamente tomamos el tren Nacional Mexicano, la ruta más corta entre los Estados y la ciudad de México."




[1] Train boy: muchacho o persona que vende una variedad de artículos en el tren como periódicos, dulces, bebidas, etc.

miércoles, 17 de junio de 2015

Viaje del Coronel Stowe al México Antiguo (1892) Parte I

Viaje del Coronel Stowe al México Antiguo (1892)

Por Jorge H. Elías

En 1892, un militar y empresario norteamericano, el Coronel James G. Stowe, realizó un viaje, según sus propias palabras al “Egipto del Nuevo Mundo” es decir a México. James, era descendiente de antiguas familias inglesas, de las que el Barón Stowe, fundador de la gran biblioteca Stowe  del Museo Británico, fue miembro prominente. Nació en Providence, Rhode Island el 14 de junio de 1841. Fue mecánico y dibujante, participó como coronel en la Guerra Civil Norteamericana y llegó a ser experto en armamento y municiones. Escribió libros y artículos sobre ese y otros temas de gran circulación en su época y diseñó una máquina para cargar cartuchos “tan eficiente que mil pudiesen ser cargados en tres cuartos de minuto”.  En Kansas (1894) estableció la Stowe Implement Supply Company, compañía dedicada al abastecimiento de implementos agrícolas.  En 1898 fue nombrado cónsul general en Sud África, desempeñando ese cargo durante casi 4 años. Mientras sirvió como cónsul, además de mediar en la guerra entre ingleses y boers[1], impulsó las importaciones de aquel país desde Estados Unidos de 6 a 20 millones de dólares al año[2]


El Coronel Stowe relata su viaje a ese Egipto del Nuevo Mundo en un artículo publicado en tres partes por la revista The Farmers Implements News (del 12, 19 y 26 de mayo de 1892)[3]. Es muy probable que lo realizara a principios de abril pues la narración incluye descripciones de Samana Santa de aquel año. Su relato comienza en Muskogee, Oklahoma. Expresa que la forma más rápida para llegar desde los Estados Unidos hasta el corazón de México es hacerlo por tren. Y se dispone a abordar allí un carro Pullman del “M.K. & T. Railroad” Es decir del tren de Missouri, Kansas & Texas, llamado cariñosamente el Katy. Aunque la narración del coronel hace suponer que son varias las personas quienes lo acompañan en su travesía, sólo se identifica con nombre a un acompañante, quizá ayudante, un fotógrafo de nombre T. H. Turner, a quien el Coronel llama Hiram.

 “Nuestro acompañante,  T. H. Turner, de la Bradley-Wheeler Company de Cansas City – escribe Stowe con su estilo coloquial – al  que llamamos Hiram, tiene con él su Kodak y os arreglará unas fotografías[4] de lugares y objetos de interés del Viejo México. Si la narración no explica completamente los tópicos  que las fotos representarán, podréis usarlos como lo hizo Lord Timothy Dexter, de Newburyport, Mass. Lord Timothy fue un genio que se hizo rico con negocios que para los sabios parecerían absurdos. Entre sus muchas inversiones estuvo la de enviar un barco cargado de calentadores de cama[5] a las Indias Occidentales. Ahora bien, estos tan deseados artículos de confort para nuestras madres y padres,  se supone que no son necesarios en una tierra tan caliente, pero los colonos del lugar, los compraban como cucharones para el arroz y con mucho margen de ganancia para Lord T. Otro negocio, fue el de enviar una pequeña embarcación, cargada de mitones[6] de lana al mismo lugar, y los colonos, fácilmente los compraban para usarlos como coladores de melaza y con un margen grande de ganancia. Finalmente Lord Timothy terminó escribiendo un libro,  por supuesto, sin ningún tema. Y cuando se le llamó la atención por el hecho de que en él, no había signos de puntuación, preguntó: ¿y qué cosa son? Y cuando se le explicó, pidió que las últimas dos páginas del libro se llenaran literalmente con todo tipo de signos de puntuación para que los lectores pudieran añadirlos a manera de “sal y pimienta” al gusto de cada quién. Así vosotros podéis disponer de estas fotografías.” En el artículo, al pié de página, se indica que las ilustraciones prometidas aparecerán la semana siguiente. Desafortunadamente, en la segunda parte del artículo sólo se incluyen dos imágenes que corresponden a dos dibujos (no fotografías): unos aguadores y una mula arrastrando madera.

Al llegar a San Antonio, los viajeros habían ya cambiado de tren, se hallaban en el International & Graet Northen Railroad. Allí permanecieron dos días. En esta parte del relato el coronel menciona, de paso, una costumbre que se iba adquiriendo en los viajes por tren en México. El hecho es que antes de abordar al tren hacia Laredo, el coronel desayunó en el Buda que “no es un restaurante regular – escribe Stowe – sino una casa de granja típica atendida por la Señora Carington  con una banda de hermosas sobrinas… Hiram se perdió el agasajo, pues deseaba adaptarse a la costumbre mexicana de tomar parte del bufet del vagón del tren: café y bollos.” Me parece a mí que sea el típico desayuno de café con una variedad de “panes de dulce” tan estimado en México.

Por fin llegan a Laredo. Allí experimentan nuevas situaciones, cambio de tren, que para sorpresa de los viajeros resultó ser más amplio de lo que esperaban. Y cambio de idioma. Por lo visto el Coronel se defendía en la lengua Castellana. Pero dejemos que el relato lo haga el Coronel Stowe. Traduzco: “Llegamos a Laredo, otro producto del boom, y enfrentamos una temperatura de 42º a la sombra, pero estábamos contentos de vislumbrar la república mexicana y poder comenzar a usar nuestro puro Castellano en vez del más vulgar inglés. Conforme nos acercábamos a Laredo, esperábamos mucha incomodidad, sabiendo que debíamos dejar la amplitud y elegancia de las instalaciones del tren I. N & G. N.  [International and Grand Northen] y cambiar a vagones más estrechos. Pero resultó ser lo opuesto de esto y estuvimos felizmente decepcionados. Mientras pasamos el desagradable trámite de que nuestros equipajes fuesen revisados por oficiales de inmigración en México, Hiram se mantuvo en ascuas debido a una caja extra de películas para su Kodak que, si era expuesta a la luz, significaba la ruina y el fin de las fotos, pero nos encontramos con el caballeroso y eficiente agente comercial del tren Nacional Mexicano, W. B. Ryan, quien nos brindó toda la asistencia posible, organizó nuestra transportación y nos destinó a un muy bien equipado vagón con todos los adelantos.


La transferencia en Laredo fue hecha rápidamente, y libres de todas las desagradables circunstancias que tanto temíamos nos retiramos a dormir. Ya estábamos en camino a Monterrey, nuestro primer destino. Lo alcanzamos al amanecer. No había muchos viajeros en los caminos debido al “temor Garza”[7], latente gracias a los periódicos norteamericanos. Y Garza, decían, no ha estado en la república. Los mexicanos, no pensaban en él ni por un instante y en la ciudad de México casi ni se oía hablar de él. 




[1] Boer: (en danés y africano) granjero. Durante los siglos XVIII y XIX en el este de Sud África así se nombraba a los descendientes de colonos daneses.
[2] Para la biografía del Coronel James G. Stowe cfr. GOODSPEED, Weston Arthur, LL. B Editor in Chief The Province and the States A history of the Province of Luisiana Under France and Spain, an of territories and States of the United States formed Therefrom In seven Volumes illustrated with numerous maps and Portraits Vol VII Madison, Wis, The Western Historical Association 1904 https://books.google.com/books?id=EUBEAQAAMAAJ&dq=colonel+James+G+Stowe&hl=es&source=gbs_navlinks_s
[3] STOWE, J. G. A Journey through Old Mexico en The Farmer implement News Vol XIII No. 19 Chicago, Ill May 12 y 19 1892. https://books.google.com/books?id=19I0AQAAMAAJ&dq=%22the+poor+people%22+maguey+Monterey&hl=es&source=gbs_navlinks_s
[4] Al pié de página hay esta nota: las ilustraciones aparecerán en la II parte, la próxima semana.
[5] Calentadores de Cama o "Warming pan". Utensilio metálico en forma de amplia cuchara con tapa y de mango largo. En su extremo cóncavo se colocaban piedras calientes, se protegían con su tapa y se frotaban entre las sábanas y colchas para calentar la cama.
[6] Mitones: guantes sin la parte de los dedos.
[7] El Temor Garza o "Garza Scare” hace referencia a la revuelta de Catarino Erasmo Garza (1859-1895) periodista, revolucionario y héroe folklórico nacido en Matamoros Tamaulipas y educado en Hualahuises, NL y en Matamoros, Tams. Hacia 1891 él y sus seguidores planearon la caída del régimen de Díaz formando un movimiento conocido como la Revuelta de Catarino Garza. Éste fue un intento fallido entre 1891-92 de organizar una revolución desde Texas contra el régimen porfirista. El 3 de febrero de 1891 un amigo y compañero de Garza, Ignacio Martínez, fue muerto por agentes de Díaz en las calles de Laredo. El asesinato de Martínez y la inconformidad al sistema porfiriano, fueron el detonante para el alzamiento contra el régimen. Desde Palito Blanco, Texas como su centro de inteligencia, en 1891, Garza organizó una fuerza revolucionaria para invadir México. En septiembre 15 comandó un grupo de 26 hombres armados quienes cruzaron el  Rio Bravo hacia Mier, Tamaulipas. Y proclamó allí el Plan revolucionario. Los rebeldes regresaron a Texas después de 9 días y un breve encuentro contra fuerzas mexicanas. Por los siguientes meses, los garcistas llevaron a cabo al menos dos incursiones más hacia México. De acuerdo con sus propios registros, a finales de 1891 su contingente tenía 64 comandantes, 186 oficiales y 1,043 soldados. Reaccionando inmediatamente el gobierno mexicano envió a la frontera al General Lorenzo García, quien al reprimir tan brutalmente a los disidentes anti Díaz, provocó una reacción pro-Garza en Texas. Temiendo una guerra en la frontera, texanos influyentes urgieron a los texanos del sur a permanecer neutrales y pidieron al gobernador policías para expulsar a los gracistas. En Diciembre de 1891 tropas del  ejército norteamericano fueron enviadas al área para patrullar la frontera. Se sucintó una corta escaramuza en Retamal Springs. En general el ejército resultó inefectivo, pero pronto los garcistas abandonaron el área en tanto que fueron destinados oficiales especiales y efectivos. Potenciales reclutas optaron por la neutralidad. En 1892 Garza, según informes, se enteró de que era buscado por los oficiales y huyó de Texas.  

sábado, 16 de mayo de 2015

Dos Cartas del Arquitecto Alfred Giles desde Monterrey 1906-1911 (II. A su hija Milby)

Carta a su hija Milby


Milby Gilles (1911)
Imagen propiedad de Dougthers of the Republic of Texas
Library at The Alamo
La segunda carta está dirigida a su hija Milby Giles. Refleja las preocupaciones de un extranjero en un momento crucial de la historia de México: el tiempo de revolución. Todos los negocios estaban paralizados y los habitantes vivían en tensión y temor. La carta está fechada el 19 de Marzo de 1911. Giles ya estaba bien establecido en Monterrey, tenía 58 años y en Texas lo esperaban especialmente sus 3 hijas y sus dos hijos varones. Su esposa Laura había muerto, en 1909, al igual que 3 de sus hijos, incluido el más pequeño de nombre Alfred. 

El escrito expresa la incertidumbre de aquel momento y la ternura y cariño de un padre de familia con su hija de 21 años de edad. Se vislumbra también otra parte de la vida social regiomontana y como punto frecuente de reunión para la recreación y el descanso, las instalaciones del Topo Chico

Se hace mención en la carta del abuelo del líder revolucionario Francisco I. Madero, es decir de Don Evaristo Madero. Giles dice que el anciano de 80 años se encuentra a punto de morir y efectivamente Don Evaristo murió en abril de aquel año. El arquitecto debió estar en contacto con él y conocerlo quizá del tiempo en que trabajó en la construcción del Banco de Nuevo León, del que Madero era propietario. Sin embargo la revolución mexicana y sus singulares protagonistas parecen dejar también una huella de comicidad en el sentimiento del arquitecto. Esto se manifiesta en otra carta a sus hijas escrita desde su rancho tejano de Hillingdon en 1914. Escribe: 

Hoy nombré y marqué 4 terneros, los tres toros los llamé generales Huerta, Villa y Herrara y a la vaquita le puse “muchacha” todas se miran muy bien”.

La carta está escrita, como la anterior, por ambos lados de una hoja membretada del despacho de Giles. Esta vez la dirección postal del membrete varía, no se indica la calle, sólo el apartado. También contiene el nombre del gerente de la empresa: Heriberto S. Green, arquitecto quien, a la muerte Giles, continuó sus obras previamente planificadas, como es el caso del Casino de Monterrey. Otros proyectos de Green fueron el Hospital Muguerza y el Hotel Colonial[1].

A continuación la traducción de la carta a Milby;

ALFREDO GILES                                                                      HERIBERTO S. GREEN, GERENTE
     ARQUITECTO.
   APARTADO 170
        MONTERREY. NL., MEXICO

“Marzo 19 1911

Mi querida Milby[2]

He escrito a casa todos los días porque quiero que tengan noticias mías frecuentemente.

Aquí hay un joven doctor con su esposa y dos hijos. Al otro lado tengo mis oficinas. Estaba justo hablando con ellos, cuando la esposa pagó, es decir, para partir con los niños la próxima semana para Huston, porque no sabemos qué pueda pasar aquí. Estoy convencido de que los extranjeros están más seguros que los nativos, especialmente ahora que el Tío Sam tiene tantos soldados en la frontera y en San Antonio. Estos son las afirmaciones  de una pequeña publicación mexicana que apareció ayer: “¿Qué tiene cualquier país extranjero qué ver con nuestros problemas?” Artículos como éste incitan a la mala sangre. Espero que todo este problema se resuelva pronto porque todos los negocios, de todos tipos, están paralizados.

Espero que te hagas de un hermoso vestido y si desearas cualquier cosa adicional cómpratela,  yo pagaré por todo con gusto, por tanto, no seas tonta. He tenido muy buena suerte aquí con los negocios. Solo tengo uno más que hacer y pocas cosas que arreglar, creo que estaré libre a más tardar el viernes por la noche, si es posible, por supuesto, antes. 

El viejo Don Evaristo Madero, abuelo del líder revolucionario está muy, muy enfermo, oí ayer, que pudiera no llegar a vivir más que unos cuantos días, es mayor de ochenta años. Entiendo que Don Paschal y Don Dupuy están aquí con él. Es todo un noble caballero antiguo. Marcela[3] se parece a él. Lo saque a pasear en auto hace unos años. Ahora hace buen tiempo, muy agradable. Disfruto mucho mi paseo al Topo Chico dentro y fuera. Dile a Beatrice[4] que recibí su carta esta mañana, después de que le había escrito desde el Topo Chico. Estoy esperando una carta de Goeffrey. Pensé en ir a Saltillo, pero se dice que los puentes están a expensas de ser quemados y no me quiero quedar acorralado en este país en este preciso momento.

Estaré de veras muy contento cuando regrese porque este país está demasiado alborotado como para hacer muchos edificios por el momento.

Bien, mi dulce niña, adiós, dele mis cariños a todos y besos a mi Marcela.

Tu amoroso y Viejo Papa

Alfred Giles
Figure 4 Detalle de la Carta. "Your loving old papa, Alfred Giles"

Bibliografia


AAVV.  (Mary CAROLYN, Hollers GEORGE; Lucinda GUTIÉRREZ),
Monterrey a Principios del Siglo XX, La Arquitectura de Alfred Giles.  Monterrey NL. Museo de Historia Mexicana, 2003.
AAVV.  (Juan Manuel CASAS GARCIA, Victor Alejandro CAVAZOS PEREZ)
Panteones del El Carmen y Dolores: patrimonio cultural de Nuevo León Fondo editorial de Nuevo León Monterrey 2009 ISBN 978-607-7577-22-5.
BECKMANN
Beckmann Family Papers Now Processed en On line en Iside the Gates Blog de Dougthers of the Republic of Texas Library at The Alamo. Novembrer 28, 2012
HOLLERS GEORGE, Mary Carolyn
Alfred Giles, On Line en The State Historical Association a Digital Gateway to Texas History https://tshaonline.org/handbook/online/articles/fgi15
KELL, William
Alfred Giles Family Papers on Line en The Top Shelf A blog abuot special collections at the UTSA Libraries April 14, 2015 https://utsalibrariestopshelf.wordpress.com/2015/04/14/alfred-giles-family-papers-2/
LANDA RUIOLA, Pablo
Monterrey en el Espejo, Crónica de sus Habitantes, Monumentos y espacios Públicos. Fondo Editorial de Nuevo León, 2012.
VIZCAYA CANALES, Isidro
1882, Monterrey: crónica de un año memorable, Monterrey, Mexico: Gobierno del Estado de Nuevo León, Secretaría General de Gobierno, Subsecretaría de Atención al Ciudadano, Archivo General del Estado, 1998.
____      
Los Orígenes de la industrialización de Monterrey. Una historia económica y social desde la caída del segundo imperio hasta el fin de la revolución. 1867-1920. Fondo Editorial Nuevo León ITESM 2006.




[1] Cfr. LANDA RUIOLA, Pablo Monterrey en el Espejo, Crónica de sus Habitantes, Monumentos y espacios Públicos. Fondo Editorial de Nuevo León, 2012., p. 53.
[2] Mary Milby Giles, al momento de recibir esta carta de su padre debió tener unos 21 años. Milby fue, la 4ª de los hijos de Alfred Giles y Annie James, nació el 22 de enero de 1890 en Texas. Cfr. GIBSON, Steve Descendats of Alexander James I Updated 8-22-2010.
[3] Annie Marcela Giles, la 7ª de los hijos de Alfred nació en Boerne, Texas el 27 de mayo de 1898 y murió en San Antonio, Bexar Co., TX. El 17 de julio de 1995. Cfr. Ibidem
[4] Beatrice Angela Giles (hija no. 5) nació el 17 de octubre de 1891. Cfr. Ibidem.

Dos Cartas del Arquitecto Alfred Giles desde Monterrey 1906-1911 (I. A su esposa Laura)

Carta a Su Esposa Laura

Alfred Giles 1898
Un destacado personaje del Monterrey Antiguo es sin duda el arquitecto Alfred Giles (1853–1920).

Inglés por nacimiento y avecinado, por razones de salud en Texas, diseñó numerosos edificios a finales del siglo XIX y principios del XX especialmente en San Antonio, su ciudad de residencia. En México, sus obras se encuentran principalmente en la Ciudad de Monterrey, NL, y con menor presencia también en Saltillo, Durango, Puebla y Chihuahua. Muchas de las residencias privadas y construcciones públicas diseñadas por Giles que subsisten en nuestros días, se encuentran en el registro Nacional de Lugares Históricos (National Register of Historic Places) de los Estados Unidos. En Monterrey han sobrevivido al ataque “renovador” algunas hermosas y elegantes construcciones de este arquitecto. Los edificios más destacados de Giles en Monterrey fueron El Banco Mercantil, La Reinera, El Banco de Londres y México, El Banco de Nuevo León, Sorpresa y Primavera, el Arco de la Independencia, La Casa de Isaac Garza, El Puente San Luisito, el edificio de la firma Sanford y Cia. La Botica de León, por desgracia la mayoría de ellos ya no existen.

No haré una reseña de su vida, pues ya existen excelentes trabajos sobre su persona y obra. Baste citar el libro en castellano Monterrey a Principios del Siglo XX, La Arquitectura de Alfred Giles de Mary CAROLYN, Hollers GEORGE y Lucinda GUTIÉRREZ[1] .

Aquí simplemente compartiré la traducción de dos cartas del Arquitecto.

La primera dirigida a su esposa Annie Laura James con quien contrajo matrimonio en 1881. Con ella crió 8 hijos en su Rancho de Hillingdon, cerca de Comfort Texas. Laura compartía la sensibilidad artística de su esposo. Esto es posible apreciarlo en la hermosa acuarela de su autoría donde se representa la granja de la familia James.

 Parte posterior de la granja de la familia James,  1884, por Laura Giles (UTSA Library)  (Fuente)
Son interesantes estas cartas familiares porque reflejan el día a día de su autor y las preocupaciones de una familia burguesa prominente. Un dato interesante de esta primera carta es la referencia a la vida social regiomontana: el arquitecto participa en la presentación de la soprano catalana María Barrientos en el teatro Juárez.  Giles, según se deduce de su escrito, ocupó en el gran teatro un lugar selecto entre la élite regiomontana. La carta está fechada el 10 de diciembre de 1906, tiempo de paz en México, de desarrollo para Monterrey y de mucho trabajo para nuestro personaje. Los documentos proceden de la Biblioteca de la Universidad de Texas en San Antonio (UTSA Library)[2]. Son de su puño y hermosa letra cursiva, aunque un poco confusa la redacción. Están escritas en hojas membretadas de su despacho. En 1906, la dirección postal de la oficina de Giles era: “Apartado 170, Plaza Zaragoza No. 5.” Años más tarde, cambió su domicilio a la acera sur de la calle Padre Mier entre Escobedo y Zaragoza. Frente al Banco Milmo[3].


Pero vayamos a leer esta interesante carta. Traduzco[4]:

ALFREDO GILES
 ARQUITECTO
APARTADO 170PLAZA ZARAGOZA NO. 5.
 MONTERREY N.L. MÉXICO

 “Diciembre 10 1906

Mi queridísima Laura, Me dio mucho gusto recibir la tuya del 8 2º [5]  y saber por ti que Goeffrey[6] ha enviado a/c[7].

Me complace saber, dulce niña, que hayas comprado ese vestido. De verdad compras muy poco para ti misma. Ya me gustaría verlo. Aquí es como si fuera verano.  Aquel viejo carpintero es un pobre juez de un guardarropa viejo.

Tengo varias citas hoy y mañana y deseo regresar. Telegrafiaré desde Laredo. Eso será como el miércoles o jueves. Varios buenos trabajos listos para comenzar. Pero todavía no se puede correr la voz: empieza.

Vi y escuché a María Barrientos. Tiene de verdad una voz maravillosa, mi lugar era bueno, solo unos cuantos con chalecos diferentes, un grupo muy selecto  y por supuesto, vi a muchos con los que de otra manera no hubiese podido charlar. La función duró hasta las 12 y yo estaba terriblemente soñoliento.

El sábado por la mañana fui a la Episcopal aquí, una muy agradable congregación. Por la tarde fui a la penitenciaria y compré una canasta, sólo allí se pueden comprar, fui más tarde al Topo Chico y cené con Eunic y Marie, pero, como de costumbre, pagué yo.

Bueno, mi dulce niña, adiós, estoy escribiéndote esto a las 2 porque tengo mucho que hacer esta tarde y puede ser que después no tenga tiempo. Cariños y besos a todos y a mi dulce Annie

Tu amante esposo, Alfred Giles”

Detalle de la Carta. Despedida y Firma de Alfred Giles. "Your loving Husband Alfred Giles"  (Fuente)


[1] AAVV.  (Mary CAROLYN, Hollers GEORGE; Lucinda GUTIÉRREZ), Monterrey a Principios del Siglo XX, La Arquitectura de Alfred Giles.  Monterrey NL. Museo de Historia Mexicana, 2003 http://www.worldcat.org/title/monterrey-a-principios-del-siglo-xx-la-arquitectura-de-alfred-giles/oclc/55697250
[2] KELL, William, Alfred Giles Family Papers, april 14 2015 https://utsalibrariestopshelf.wordpress.com/2015/04/14/alfred-giles-family-papers-2/
[3] Cfr. AAVV.  (Juan Manuel CASAS GARCIA, Victor Alejandro CAVAZOS PEREZ) Panteones del El Carmen y Dolores: patrimonio cultural de Nuevo León Fondo editorial de Nuevo León Monterrey 2009, p. 24. https://books.google.com/books?id=sgZrDVt0U-gC&hl=es&source=gbs_navlinks_s
[4] El documento original en inglés se puede consultar on line en la página Web de la Universidad de Texas en San Antonio. KELL, William, Alfred Giles Family Papers, op. cit.  
[5] Es un signo no muy claro. ¿Pudiera referirse al 2 de agosto?
[6] Geoffrey Giles (hijo No. 3) n. 21 de Noviembre de 1886 en Texas y murió el 11 de septiembre de 1916. Contrajo matrimonio con Margaret Oberfeldt el 16 de febrero de 1916. Cfr. GIBSON, Steve Descendats of Alexander James I Updated 8-22-2010. 
[7] Otro signo indescifrable para mí. Parece referirse a una carta enviada por su hijo Goeffrey.

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