Un
hermoso libro escrito por Antonio García Cubas e ilustrado por Casimiro Castro
nos puede hacer viajar por el camino que recorría el ferrocarril entre el Puerto
de Veracruz y la Ciudad de México desde 1873. Lleva por título: Álbum del ferrocarril Mexicano Colección de Vistas pintadas del Natural por Casimiro Castro, y ejecutadas encromo-litografía por A. Sigogne, C. Castro etc., con una descripción del camino y de las regiones que recorre.
Las
excelentes litografías de Casimiro Castro nos muestran los paisajes, las
barrancas, los puentes, las pueblos y ciudades, la vegetación y la geografía de un México, si
no más luminoso que el actual, sí más claro y desestresado. El tren se detiene
en cada pueblo, con una “prisa” diferente a la nuestra. Es curioso leer en el
citado libro: “La relación que acaba de hacerse respecto de la zona recorrida
por el ferrocarril mexicano, es brevísima como el viaje mismo. La locomotora, con
su irresistible fuerza impulsiva, en unas cuantas horas de movimiento traspone
las sabanas de las costas, llega á las primeras alturas, escala la cordillera y
encumbra la mesa central, sin que le sirvan de obstáculos ni barreras, las
barrancas y precipicios, las cumbres y desfiladeros de las montañas: un leve
apoyo le sirve para sustentarse en los aires. Si la celeridad del movimiento
apenas da lugar al viajero para contemplar rápidamente los paisajes que, en
general, se desarrollan á su vista, preciso es trasportarlo á determinados
lugares elegidos para este álbum, á fin de dárselos á conocer
detalladamente”.
Recuerdo que en 1985 hice mi primer viaje en tren. Fui
desde la Ciudad de México hasta Lagos de Moreno, Jalisco. El camino me pareció
eterno. ¿Cuánto podría y debía acelerar en la década de 1870 un tren mexicano? ¿40-60
kph? No sé. Pero me imagino que en perfectas condiciones de las vías y la
máquina y sin ir cuesta arriba esa sería su velocidad normal. Además el debía
parar en 24 estaciones a lo largo de los casi 400 kilometros que hay entre el
puerto de Veracruz y la Ciudad de México.
Los pasajeros debieron permanecer en el tren durante toda una jornada
(10-12 horas?)
Es posible imaginar en los carros de 1ª clase a los
caballeros de corbata, chaqueta y sombrero y a las damas con sus amplios
vestidos y sombreros adornados con plumas. Y en los carros de 3ª al pueblo
campesino que por algún motivo se trasladaba de una estación a la siguiente a
comerciar sus cargas de frutas, verduras, animales o artesanías en los mercados
locales.
En fin les dejo unas cuantas litografías aquí y los
remito al libro.
El Viaje comienza en el Puerto de Veracruz
Cruza túneles que perforan las montañas veracruzanas y puentes sobre barrancas y ríos como éste de Atoyac,
Llega a Córdoba
Y sigue recorriendo pueblos y ciudades de Puebla, Hidalgo y Tlaxcala hasta llegar a su destino: La Ciudad de México. Este era el panorama al llegar del Valle de México.
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